lunes, 30 de enero de 2012

La moda que nos derrota

Busca en cualquier buscador la palabra “moda”, seguramente encontrarás todo tipo de ejemplos, tendencias, estilos, diseñadores y ejemplos de cómo el más claro de los componentes de socialización se hace imperar en el sistema social del siglo XX.

Y esto es así. Cientos de miles de personas viven de la moda, y no me quiero referir con moda a esas legiones de modelos o exmodelos que desfilan en ocasiones semidesnudas sobre una plataforma con música y flashes, no.
La moda es uno de los componentes más atractivos, adictivos y estimulantes al que a día de hoy se enfrenta gran parte de (por no decir toda) la sociedad en su conjunto.

La idea de la moda es filosóficamente aceptable hasta que llegamos al punto crítico, a esa parte teórica neofascista que toda moda, por antonomasia, tiene que poseer si desea triunfar o tener un leve éxito; esto es, expandirse, “colonizar”, multiplicarse y generalizarse con tendencia infinita sobre la población que la sostiene.

Para ciertos sectores de la población que poseemos ciertos férreos valores (no quiero dirigirme a aspectos religiosos, ojo), el caso de la moda es bastante desconcertante, sobretodo si ésta se inmiscuye en el campo de lo social y discrimina entre “adeptos” y “parias”, levantando claramente el debate y el conflicto social del borreguismo de siempre, pero aplicado a la costura.

Música, tecnologías, costura, forma de hablar, series, comportamiento, conducta de ocio, etc. Si estos factores se eliminasen de la noche a la mañana, la sociedad caería en un caos increible, y no me refiero a un estado de guerra, de situaciones conflictivas en las que cientos de personas pereciesen por balas y navajazos al reivindicar su música favorita, no.
Hemos experimentado durante los pasados años un cambio en la sociedad que nos acoge a los vivientes a día de hoy. Surgen las llamadas “tribus urbanas” y los ancianos critican que a sus nietos se le ven los calzones por encima de pantalones “cagados”. Y nadie se pregunta “¿qué está pasando?”, señores: ¿Cómo hemos llegado a esa situación?

II


Parecerá tópico que se le eche la culpa a la globalización, pero tristemente, tiene gran parte de culpa. Los rappers de todas las capitales visten su correspondiente ropita ancha, y se comportan del mismo modo que el “flow” de Eminem en un día de batalla de gallos, perfecto. Guardando las distancias con ciertos actos vandálicos, eso no le hace daño a nadie. El problema viene, como siempre, con la trayectoria.
No recuerdo ver ningún próspero rapero español que tenga más de 40 años y que se haya dedicado a eso desde los 15, básicamente porque en esos tiempos, en España ni se sospechaba ese estilo de música, pero quiero asegurar a los lectores que pocas veces en la historia han triunfado personajes que se dedicasen a hacer rimas dentro de un contexto de respeto violento basado en ego y más ego, y que menosprecia a todo lo que no pertenezca a ese grupo (al nazismo estatal le duró la cantinela unos 12 años, y os aseguro que tenía mejores bases y más aceptación popular que 4 andrajosos con “flow” y cadenas de oro).

No tengo nada en contra del rap, la verdad es que no me cuesta nada cambiar de cadena o de emisora cuando presencio algo del estilo y de “tirada nacional”, sin embargo, choca directamente la idea y concepción del ser humano a la que yo hoy soy adepto.
El cambio, el fluir, la adaptabilidad, la supervivencia, la evolución. El ser humano debe ser mutable y usar su intelecto para, aunque suene fatal, arrimarse siempre al sol que más calienta, eso nos ha hecho sobrevivir durante generaciones y generaciones, la facilidad de adaptación al medio. No obstante, suceden unos años del nuevo siglo y ciertas “manos invisibles” vienen a vendernos la idea de que pertenecer a un grupo o a una tendencia es lo que nos hará felices y lo que nos hará sobrevivir. ¿Esto se lo cree alguien?.
Esas “manos” no vienen a inducir la idea de la unión a través de la fuerza, no, sino de la distinción a través de la unidad. “Distinción” qué peligrosa palabra en un contexto en el que supuestamente se persigue y se busca el Imperio de la Igualdad.

La autonomía es el éxito del ser humano acutal. No obstante, es muy poco rentable todo lo que sobrevenga a la idea de autonomía (omitamos aquí temáticas, decisiones y actos políticos). Es más fácil que yo confeccione 10.000 unidades de X producto en china y bombardee a los consumidores con un eslogan “que mola” asegurandome el éxito de la venta, que el hecho de tener que estar continuamente haciendo estudios de mercado para ver qué reclaman ciertos consumidores... No, lo rentable es determinar “desde arriba” qué va a ser lo que tú vas a querer, y a eso, queridos lectores es a lo que se le llama “tendencia”.
Lo que vas a querer porque lo digo yo y porque para eso pago a los “mass media” que te van a prometer que X producto es una cosa fantástica y con la que vas a estar diferenciado de los pobres mortales que no lo quieren. Tan claro como eso.

III


Buscando levemente el índice de suicidios en España el último año, me doy cuenta de que hay ciertas cifras que “faltan” (como los datos tomados desde 2006 hasta HOY) lo cual es ciertamente preocupante. Algunos estudios han hecho sus propios datos, llegando a la conclusión de que el numero de suicidios se está elevando peligrosamente hasta límites que casi no se habían tocado desde la Edad Media, pues es bien sabido que de por sí, el español de a pié tiene sus propios mecanismos de felicidad y plenitud sea cual fuere su escalafón social (aunque suicidas ha habido siempre, como es normal).

3500 vidas en 2008, es el último dato oficial que he podido encontrar y que es bastante desalentador en vista de que los “Nostradamus” de mi corte, apostamos casi sin duda por un pronóstico que viene a decirnos que ese numero se elevará:
¿Estoy relacionando los suicidios con las modas? Sí y no.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYzGhGmkKvGLJXYVrF23Zxh06061MdLe1mTCEalERExetuSa2tLgLu67yhTSgKSXsYUS9ER7LpJPEe-vwJdHX799Sp5TmXaplWF4eFVxK2Bgl9w7gqZJcriX0EVJrUV103wkiPYytddD4e/s1600/Suicidios+de+1998+a+2008_Gr%25C3%25A1fica.jpg
El suicidio es uno de los síntomas más directos de la depresión (términos psicológicos y psiquiátricos para luego). También la antes nombrada Ley Integral contra la Violencia de Género es un factor determinante en esta ecuación, aunque omitiremos este antecedente.
Recordamos que oficialmente existe una media de masculinidad que ronda el 80% de esos mismos resultados, es decir, de cada 10 suicidios que se realizan, 8 son hombres. Interesante dato que NO puede pasar desapercibido.
Y aquí viene lo bueno: ¿Es posible que las modas hayan vaciado las vidas de quienes merecen por herencia tenerlas llenas? Es decir, los hijos, los jóvenes, los colectivos de los institutos, colegios y universidades, personas con todo un mundo moderno al alcance de la mano, sin necesidades imperiosas que precisen de atención para subsistir.
Mirándolo fríamente desde una óptica superior, apreciamos que se producen a lo largo del año varias tendencias o gustos influenciados que tienen como objetivo entretener, aleccionar, vender, moldear, y en última instancia “llenar” la mente, la personalidad y las expectativas de los individuos, que vienen vacías por defecto genético (por suerte o por desgracia).

Cuando esas expectativas no se cumplen, cuando esa realidad resulta ser un timo, cuando la espontánea madurez del individuo resurge de los adentros de su materia gris; La pesadilla comienza y el inicial vacío que uno pretendía llenar comprando y consumiendo todo lo que le ofrecían de fuera (amigos, medios, familiares, compalañeros, etc) pasa a dominarlo todo.
Las preguntas existencialistas se hacen cada día más y más latentes (eso si no se ha destrozado uno el cerebro a golpe de cubata y de otras drogas) y difícilmente pueden contestarse, pues, por si no se recuerda, somos una sociedad juvenil que lee “poco”, por atenuar el dato (Como lectura no introducimos best sellers basados en el fornicio y el amorío de especies milenarias y humanos, referimos esto a lectura seria) y que no dispone de voluntad autodidacta ni nada que se le parezca. Es por tanto evidente que se recurre a los “gurús” de la vida (todo bicho viviente con algo de experiencia menos los padres de uno), que en pocas ocasiones aciertan con la solución más aconsejable si uno se parase a analizar el caso de una manera algo más lógica.
Inevitablemente la depresión se cierne sobre uno y se cumplen los malos augurios, ¿por qué? Porque nadie fue capaz de prever que un estilo de vida “que mola” iba a llevar a ser un cuenco vacío que dificilmente puede llenarse con algo de “valor”, ni con ayuda de otra persona del género opuesto, como se suele creer.

El suicidio moral es el mejor camino que puede tomarse en esa situación (que ya es malo), como única medicina está el replantearse los gustos, los “porqués” y todo lo que hace la vida única e irrepetible, alejada de las cantinelas de la MTV y de lo que respiras cuando sales a la calle o enciendes el televisor. Salir de la moral gregaria que tantísimo daño hizo y está haciendo a la juventud. Y “la voluntad de Ser” florece y muere por el propio peso que tiene en el Hombre, y por las pocas ganas de despertar de las gentes. Pasando a dejar de formar parte de “la voluntad de existir” (esto es, el existir “porque sí”) la vida llana y vacía sin destino ni destinatario.

Y cuando esto se generalice como se está generalizando, sin bastiones de defensa ni individuos maduros que de cuando en cuando griten a la cara de los que les señalan como a "parias" que
"son y serán siempre ellos, inalterables, imposibles de categorizar, autónomos y atentos, inteligentes y dueños de sí", en ese momento habremos perdido ocasión, la única oportunidad de batalla de nuestra generación, la primera generación vacía, ignorante y deprimida de la historia de Europa.


El cine y la música son siempre la base de inspiración de mi moda” - Tommy Hillfiguer

domingo, 22 de enero de 2012

La chica de rojo

Me fijé en ella nada más entró a la casa donde la fiesta aun no había comenzado.

Tenía el pelo castaño, la cara redonda, con pecas muy cucas, los ojos oscuros y una mirada tierna, casi como la de una niña desprevenida que se sonroja cuando se la presenta a un invitado.
Su inglés era excelente y su español, que chapurreaba al más puro estilo guiri, no dejaba mucho que desear, de hecho, pedía que se le hablara en español, por algo sería...

Yo tuve las agallas de presentarme a ella en un correcto y bien aprendido inglés, no era menos que me correspondiera intentando hablar sobriamente el español.

La estatura no era sobresaliente, más bien normal, discreta casi del montón, cosa que tampoco es primordial. No obstante no era por su estatura, ni por el a veces absurdo diálogo que manteníamos por lo que yo notaba aquel sentimiento que irradiaba: era todo, la Belleza y el porte, todo en uno... y ese vestido rojo discretamente escotado que la hacía resaltar de las otras personalidades internacionales que allí había, como cuando se presentan los EEUU en la sede de la ONU.

Ella, en prácticamente todos los aspectos, sobresalía de manera notable por encima de las polacas e italianas, por encima de todas ellas.


Recuerdo que pasé cosa de veinte minutos (tal vez más) hablando con ella sobre sus estudios, los míos, su país, el mío y que iría a Costa Rica a seguir aprendiendo y estudiando Trabajo Social, poco más. No estaría en España más de un mes, pero pongo la mano en el fuego cuando digo que tenía algo que me maravillaría si lo hubiese conocido en ese momento, algo, algún simple dato, un gusto, una palabra, un hobbie, "algo" que estoy seguro que me hubiese hecho caer a sus pies y seguirla allá donde fuese durante semanas no correspondidas sin comer ni querer otra cosa.

Quizás era la cantidad de alcohol que para ese momento llevaba yo en sangre lo que me hacía no poder distinguir mis ilusiones de la realidad, o quizás no. Pero juraría que era como un ángel que había caído allí en medio de todo ese barullo multicultural que no cesaba de gritar y cantar, de parlotear en varios idiomas, muchos de ellos incomprensibles para mí llegados a cierta hora de la noche.


Estaba extasiado con tan solo su presencia, incluso compartí este indiscreto dato con una compañera que tras ver que incluso yo podía ser capaz de hacer locuras por merecer su mano, me animó incesante a que le hablase. Pero como era común en mí, en ese momento de éxtasis no tenía mucho de qué hablar, y mi mente no ayudaba quedándose bloqueada sin transmitirme un tema interesante y coloquial.

Soy consciente de que si hubiese forzado la conversación, yo mismo hubiese quedado como el rey de los idiotas hablando de metafísica o qué sé yo qué temas vitales o espirituales que a la doncella de rojo le hubiesen espantado, o le hubiesen hecho pensar que era algún tipo de enfermo mental enchaquetado... o tal vez no.

No podía hablar de algo que me importase con una total desconocida que me encandilaba con la simple mirada. Era algo tan extraño que no soy ni seré capaz de explicar. Sólo sé que ya le gustaría a muchas españolas parecerse a ella mínimamente.

Lena se llama, Lena. Y sé que ahora tendré que convivir con el martirio de las continuas incertidumbres y los "qué hubiese pasado si..." cada vez que recuerde que, en una mera y casual fiesta pude conocer a un ser humano con el que tal vez mi existencia hubiese cambiado tanto hasta el punto de hacerme feliz... o tal vez no.

lunes, 2 de enero de 2012

El día en que tuve miedo de aquello que más quería.


La psicóloga argentina Silvia Fairman, autora del libro "El hombre maltratado por su mujer (una realidad oculta)" explica:
Cuando en nuestra sociedad el poder ha sido siempre uno de los atributos masculinos, es inadmisible que este hombre reconozca ante sí mismo y ante los demás la estrepitosa caída de su omnipotencia.
No es algo nuevo, algunos hombres ilustres fueron maltratados por mucho que su drama se silenciara (...) En nuestra sociedad no se le da importancia a este fenómeno aludiendo a la superioridad de la fuerza física masculina, pero todos conocemos alguna mujer con "armas de víbora", capaz de torturar psicológicamente a un hombre y hacer de él un desgraciado. Empeora la cuestión el que al ser un tema tabú no se disponga de estadísticas fidedignas. Por otro lado, este silencio tiene muchos componentes: el trato de la Policía cuando un hombre denuncia es denigrante, la asistencia psicológica a hombres es muy escasa aún, a pesar de los esfuerzos de las pocas asociaciones que les defienden.
La negación de que el terrorismo psicológico en el hogar no nos afecta solamente a nosotras es perjudicial tanto para los hombres como para las mujeres. Perpetuar la autopercepción de la mujer como víctima del hombre e incapaz de infligir algún daño, es equivocada y no contribuye a resolver el problema de la mujer maltratada. Quienes pretenden salvar a la mujer del horror del maltrato ninguneando los derechos del hombre y encumbrándole para siempre como macho abusador solamente consiguen mantenerla en ese estereotipo de sexo débil contra el que tan bienintencionadamente luchan. Y es discriminación.

Deambulando por la web y reflexionando un poco, como de costumbre, me topé de bruces con una visión social que me preocupó bastante. No sé si me pasó, como de costumbre, que por donde voy suele tocarme el tonto de turno de cara al público. El caso es que los comentarios de gran parte de personas, hombres y mujeres, me llegaron extraña y preocupantemente a esa fibra que tengo yo, en la que pocas cosas me preocupan realmente.
Hombres y mujeres, mujeres y hombres... Cuando ya pensábamos que el debate sobre "quién fue primero" o "quién es mejor en X materia" estaba más que zanjado y pasado de moda, resurgen de las cenizas en España un conjunto de individuas que extienden la idea de que la mujer está y ha estado mal vista por todas partes, que aún es esclava del hombre en pleno siglo XXI y de que cualquier afrenta física o verbal, debe ser castigada (con castración y latigazos, según el criterio de muchas ellas). No hay que olvidar que estas ideas, entre otras igual de perversas, pasa a llamarse "ideología de género".
El criterio de este puñado de extremistas, fanáticas  de género, no debería ser tenido en cuenta por la mayoría, como suele pasar con otras ideas. Pero lo grave es que sí que fue tenido en cuenta, y en más ámbitos serios de los que se pensaba. Eso de "ser mujer" dejó de convertirse en un simple dato en el DNI, o algo primordial en las encuestas de consumidores, para pasar a ser una bien merecida participación en los beneficios de una empresa estatal, una afilada bayoneta de combate.
"¿En qué combate?" diríamos la mayoría de los hombres y una parte de las mujeres (que aun no se han enterado de qué va esto). A lo que las extremistas que portan por bandera el símbolo femenino (y la idea de belleza que se separa claramente de la Venus de Boticcelli) contestarían con pretextos tales como "¡la lucha para hacernos ver en la Historia!, para que haya una igualdad real entre "géneros" (que no sexos) y podamos al fin ser iguales que los hombres" o"¡para reivindicar nuestros derechos! ¡Estamos alienadas!", dicen.
Haciendo caso omiso del (tan famoso) Artículo 14 de la Constitución Española que brinda y garantiza dicha igualdad, si es que lo conocen (estas señoritas, señoras, señoronas, seres, o como quieran ahora llamarse para que no resulte sexista u ofensivo), desentierran evidentemente el hacha de guerra y se agrupan en asociaciones, legale o cibernéticas, que poco a poco, van ganando poder. Animadas también por el fantasma de los datos de la 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993 en la ONU. ¿Por qué? Pienso que por las facultades políticas que por entonces el partido socialista y socialisto, les había concedido en forma de regalías a tenor de los resultados de las elecciones y del claro apoyo de estos grupos a la causa.
Sorprendentemente, tan sólo en España se registraba entonces una de las tasas más bajas de violencia doméstica de Europa, sin embargo, a los parlamentarios del bipartidismo les parece bien eso de que no les señalen con el dedo en los medios como "machistas" si no dan su voto para estas leyes "igualitarias".
Por tanto en España se aprueba entonces la famosa Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la cualmanifiesta en su Exposición de Motivos: «que se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión». La representante y cabecilla del proyecto agradeció con posterioridad éste éxito a los "miembros y las miembras" que lo hicieron posible...

¡Coño!!" dice el hombre de a pié cuando se entera de este dato por la prensa. Ahora, se hizo común más que nunca esa frase que cita "
si la parienta me denuncia me quedo sin casa y sin hijos" (y sin coche y sin reputación, y sin futuro...). Un leve miedo empezó a importunar los quehaceres de muchos españoles que veían en estas leyes "algo radical" y que diferían de lo que se vendió como "una guía para evitar el lenguaje sexista"... hasta que vieron la foto

y ahí nos acojonamos prácticamente todos los seres de España con dos dedos de frente que estuviésemos recogidos en el Derecho, que tuviésemos pene, y que como seres racionales viésemos nuestros intereses, nuestra imagen y nuestra libertad puesta en riesgo por todo aquello que no lo tuviese (si es que había convivencia... ¡ah no! ¡tampoco luego hacía falta que la hubiera!).
Algún garrulo tarado quedaba por ahí que pensase que podía seguir zurrándole a su novia o esposa sin que ello tuviese repercusiones legales (y pobre del que aún quede que lo siga pensando), por lo que la maquinaria nacional feminista seguía funcionando: Básicamente, las encargadas de los organismos asiduos a lo que luego fue el Instituto de la Mujer y otros entes encargados de hacer estudios y peritajes sobre la causas que les derivasen de las distintas administraciones (INE, Justicia, Interior, etc...). Estas facciones de dicha maquinaria se dedicaban a perseguir abiertamente los intereses de la mujer y anteponerlos a los del hombre sistemáticamente en causas de, sobretodo divorcios (que experimentaron una crecida bestial), por tan solo esa cuestión de nacimiento (Datos testificales PROBADOS).
La peligrosísima "ideología de género" se comenzaba a imponer en las instituciones, en los medios de comunicación y en la vox populi. Se puso de moda porque es lo políticamente correcto. Esta ideología legitima la discriminación del hombre en beneficio de la mujer (así de sencillo, generalizando en TODOS los casos); básicamente por una cuestión de "desigualdad histórica", entre otras justificaciones. Vamos, como si ahora los israelíes pudiesen matar palestinos porque, como pueblo, han sido masacrados durante siglos y ahora tienen que solventar esa desigualdad histórica. Flipante.


Esto a día de hoy no tenía mucha importancia, pero el tiempo pasa y las injusticias ya pasaban de claro a oscuro. El Tribunal Constitucional empieza a recibir cuestiones de inconstitucionalidad sobre los novedosos artículos aplicados a sentencias (casi todas del ámbito Penal) que "parece ser" vulneraban el derecho constitucional de tener pene. A día de hoy, ninguna de estas sentencias fue admitida.
Desde que entró en vigor la retahíla de leyes penales que daban "cierto favoritismo" a la mujer en determinados pleitos penales (como la credibilidad, la interpretación, el peritaje no objetivo de la policía y el Instituto de la mujer, la sobreprotección legal injustificada, la potestad de exageración, la ausencia de pruebas, la amnistía en cuanto a falsas denuncias, etc...) los juristas y el colectivo masculino español, empiezan a preocuparse "un poco" al oler a cuerno quemado ante esta cantinela de las feministas...
Día tras día, semana tras semanas y año tras año, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (irónico nombre para un organismo que busca la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres) empiezan a recibir ingentes cantidades de denuncias derivadas de los juzgados de instrucción, es decir: cada día, estas denuncias aumentaban. Pero como no vivimos en el mundo de fantasías y de ilusiones, sino más bien al contrario, algunos magistrados de Audiencias Provinciales se topaban de bruces con una realidad que no habían planeado desde las Cortes ni desde el CGPJ: "¿Y si ella está mintiendo?".
Se armó muy gorda en ese momento clave que no podríamos señalar cronológicamente; ya que los derechos de miles y miles de individuos habían sido violados sistemáticamente con una sentencia a veces poco o nunca motivada.

Independientemente de que el peso de la Ley cayese sobre los que verdaderamente hacían daño (justificado o no) a sus parejas o exparejas, se había metido la pata hasta el fondo en los multitudinarios casos en los que esto no hubiese sido así y se hubiera denunciado en falso o de la misma manera falseado o malinterpretado datos.



y ahí nos acojonamos prácticamente todos los seres de España que estuviésemos recogidos en el Derecho, que tuviésemos pene, y que como seres racionales, viésemos nuestros intereses, nuestra imagen y nuestra libertad puesta en riesgo por todo aquello que no lo tuviese (si es que había convivencia... ¡ah no! ¡tampoco luego hacía falta que la hubiera!).
Algún garrulo tarado quedaba por ahí que pensase que podía seguir zurrándole a su novia o esposa sin que ello tuviese repercusiones legales (y pobre del que aún quede que lo siga pensando), por lo que la maquinaria nacional feminista seguía funcionando: Básicamente, las encargadas de los organismos asiduos a lo que luego fue el Instituto de la Mujer y otros entes encargados de hacer estudios y peritajes sobre la causas que les derivasen de las distintas administraciones (INE, Justicia, Interior, etc...). Estas facciones de dicha maquinaria se dedicaban a perseguir abiertamente los intereses de la mujer y anteponerlos a los del hombre sistemáticamente en causas de, sobretodo divorcios (que experimentaron una crecida bestial), por tan solo esa cuestión de nacimiento (Datos testificales PROBADOS).

Esto a día de hoy no tenía mucha importancia, pero el tiempo pasa y las injusticias ya pasaban de claro a oscuro. El Tribunal Constitucional empieza a recibir cuestiones de inconstitucionalidad sobre los novedosos artículos aplicados a sentencias (casi todas del ámbito Penal) que "parece ser" vulneraban el derecho constitucional de tener pene. A día de hoy, ninguna de estas sentencias fue admitida.
Desde que entró en vigor la retahíla de leyes penales que daban "cierto favoritismo" a la mujer en determinados pleitos penales (como la credibilidad, la interpretación, el peritaje no objetivo de la policía y el Instituto de la mujer, la sobreprotección legal injustificada, la potestad de exageración, la ausencia de pruebas, la amnistía en cuanto a falsas denuncias, etc...) los juristas y el colectivo masculino español, empiezan a preocuparse "un poco" al oler a cuerno quemado ante esta cantinela de las feministas...
Día tras día, semana tras semanas y año tras año, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (irónico nombre para un organismo que busca la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres) empiezan a recibir ingentes cantidades de denuncias derivadas de los juzgados de instrucción, es decir: cada día, estas denuncias aumentaban. Pero como no vivimos en el mundo de fantasías y de ilusiones, sino más bien al contrario, algunos magistrados de Audiencias Provinciales se topaban de bruces con una realidad que no habían planeado desde las Cortes ni desde el CGPJ: "¿Y si ella está mintiendo?".
Se armó muy gorda en ese momento clave que no podríamos señalar cronológicamente; ya que los derechos de miles y miles de individuos habían sido violados sistemáticamente con una sentencia a veces poco o nunca motivada.

Independientemente de que el peso de la Ley cayese sobre los que verdaderamente hacían daño (justificado o no) a sus parejas o exparejas, se había metido la pata hasta el fondo en los multitudinarios casos en los que esto no hubiese sido así y se hubiera denunciado en falso o de la misma manera falseado o malinterpretado datos.
Para concretar un poco y simplificar las cosas: Lo que ella decía en juicio iba a misa hasta que algunos jueces vieron que más mujeres de las que parecían víctimas, tenían más cara que espalda. Y bien asesoradas por abogados y adminitrativas del Céntro de la Mujer, estas "lagartas" empezaron a aprovecharse (sobretodo económicamente) de su condición de
"maltrato".Y así, sentencia tras sentencia, la Fiscalía ponía el cazo para lo que caía de Europa, también se ponían la medalla, los jueces quedaban de heroes en los medios de comunicación, la mujer se quedaba con todo (incluyendo pensión y compensación), y el hombre (correspondientemente etiquetado de "maltratador", arruinado, vapuleado, humillado...) considerado una lacra social para el progreso y la humanidad, iba a la cárcel unos años o pasaba a estar condenado a unas medidas de seguridad que se podrían asemejar a un arresto domiciliario EN EL MEJOR DE LOS CASOS (¡pero no en su casa! ¡ojo! que era oficialmente de ella por las "medidas de protección" que incluían una orden de alejamiento. Había que irse a casa de mamá u otra distinta).

La situación pinta mal o muy mal para el hombre español y para los hijos de las familias, muchos piensan que "estamos en libertad condicional mientras así lo quiera la parienta", nada lejos de la realidad.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=3zhAOSf3lt4
La vergüenza a que se le señale el proceso, el deshonor en la causa y demás estigmas del proceso judicial son motivo de sobra para que cientos y cientos de voces que pudiendo alzar la voz para condenar esta injusticia, directamente ni se lo planteen.
Uno de los mecanismos de defensa que estas víctimas de la violencia feminista tienen es hacer uso de su derecho de asociación y asociarse en una de las florecientes asociaciones de hombres maltratados, victimas de sus parejas o de la ley que impera inquisitoria en nuestro Ordenamiento. Es decir, nada. Sin ningún peso jurídico ni mediático, nada. Esas victimas con nombres y apellidos son la prueba viviente de que cuando un extremista pretende proteger algo, se carga todo lo demás, y no sólo no consigue protegerlo (han aumentado el número de mujeres muertas en manos de sus parejas o exparejas) sino que crea a su vez más victimas y más integristas fanáticas y fanáticos de ideas que poco se asemejan a la lógica...

Y la declarada Guerra de Sexos que se inició en 2004 (y que se ha cobrado la vida de demasiados inocentes en ambas filas) sigue y seguirá con su presencia y miedo en cada casa, en cada pareja, en cada relación inesperada de fin de semana... y esto ocurre en España señoras y señores: mujer contra marido, novia contra novio, exnovia contra exnovio. El desequilibrio, la desconfianza, la inestabilidad, la decadencia de las relaciones familiares y prefamiliares... Con un beneficio negativo para toda la sociedad, salvo para aquellas que venden la propaganda de esta guerra o comen de ella.

Como siempre, pongo en duda la justicia de los Hombres (de las mujeres también) en casi todos los casos que pasan por las manos de un juez, sin embargo, muy sabios, los antiguos ya en los libros sagrados, nos dijeron:

"Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta todas sus lágrimas. La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada." (Talmud)