lunes, 2 de enero de 2012

El día en que tuve miedo de aquello que más quería.


La psicóloga argentina Silvia Fairman, autora del libro "El hombre maltratado por su mujer (una realidad oculta)" explica:
Cuando en nuestra sociedad el poder ha sido siempre uno de los atributos masculinos, es inadmisible que este hombre reconozca ante sí mismo y ante los demás la estrepitosa caída de su omnipotencia.
No es algo nuevo, algunos hombres ilustres fueron maltratados por mucho que su drama se silenciara (...) En nuestra sociedad no se le da importancia a este fenómeno aludiendo a la superioridad de la fuerza física masculina, pero todos conocemos alguna mujer con "armas de víbora", capaz de torturar psicológicamente a un hombre y hacer de él un desgraciado. Empeora la cuestión el que al ser un tema tabú no se disponga de estadísticas fidedignas. Por otro lado, este silencio tiene muchos componentes: el trato de la Policía cuando un hombre denuncia es denigrante, la asistencia psicológica a hombres es muy escasa aún, a pesar de los esfuerzos de las pocas asociaciones que les defienden.
La negación de que el terrorismo psicológico en el hogar no nos afecta solamente a nosotras es perjudicial tanto para los hombres como para las mujeres. Perpetuar la autopercepción de la mujer como víctima del hombre e incapaz de infligir algún daño, es equivocada y no contribuye a resolver el problema de la mujer maltratada. Quienes pretenden salvar a la mujer del horror del maltrato ninguneando los derechos del hombre y encumbrándole para siempre como macho abusador solamente consiguen mantenerla en ese estereotipo de sexo débil contra el que tan bienintencionadamente luchan. Y es discriminación.

Deambulando por la web y reflexionando un poco, como de costumbre, me topé de bruces con una visión social que me preocupó bastante. No sé si me pasó, como de costumbre, que por donde voy suele tocarme el tonto de turno de cara al público. El caso es que los comentarios de gran parte de personas, hombres y mujeres, me llegaron extraña y preocupantemente a esa fibra que tengo yo, en la que pocas cosas me preocupan realmente.
Hombres y mujeres, mujeres y hombres... Cuando ya pensábamos que el debate sobre "quién fue primero" o "quién es mejor en X materia" estaba más que zanjado y pasado de moda, resurgen de las cenizas en España un conjunto de individuas que extienden la idea de que la mujer está y ha estado mal vista por todas partes, que aún es esclava del hombre en pleno siglo XXI y de que cualquier afrenta física o verbal, debe ser castigada (con castración y latigazos, según el criterio de muchas ellas). No hay que olvidar que estas ideas, entre otras igual de perversas, pasa a llamarse "ideología de género".
El criterio de este puñado de extremistas, fanáticas  de género, no debería ser tenido en cuenta por la mayoría, como suele pasar con otras ideas. Pero lo grave es que sí que fue tenido en cuenta, y en más ámbitos serios de los que se pensaba. Eso de "ser mujer" dejó de convertirse en un simple dato en el DNI, o algo primordial en las encuestas de consumidores, para pasar a ser una bien merecida participación en los beneficios de una empresa estatal, una afilada bayoneta de combate.
"¿En qué combate?" diríamos la mayoría de los hombres y una parte de las mujeres (que aun no se han enterado de qué va esto). A lo que las extremistas que portan por bandera el símbolo femenino (y la idea de belleza que se separa claramente de la Venus de Boticcelli) contestarían con pretextos tales como "¡la lucha para hacernos ver en la Historia!, para que haya una igualdad real entre "géneros" (que no sexos) y podamos al fin ser iguales que los hombres" o"¡para reivindicar nuestros derechos! ¡Estamos alienadas!", dicen.
Haciendo caso omiso del (tan famoso) Artículo 14 de la Constitución Española que brinda y garantiza dicha igualdad, si es que lo conocen (estas señoritas, señoras, señoronas, seres, o como quieran ahora llamarse para que no resulte sexista u ofensivo), desentierran evidentemente el hacha de guerra y se agrupan en asociaciones, legale o cibernéticas, que poco a poco, van ganando poder. Animadas también por el fantasma de los datos de la 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993 en la ONU. ¿Por qué? Pienso que por las facultades políticas que por entonces el partido socialista y socialisto, les había concedido en forma de regalías a tenor de los resultados de las elecciones y del claro apoyo de estos grupos a la causa.
Sorprendentemente, tan sólo en España se registraba entonces una de las tasas más bajas de violencia doméstica de Europa, sin embargo, a los parlamentarios del bipartidismo les parece bien eso de que no les señalen con el dedo en los medios como "machistas" si no dan su voto para estas leyes "igualitarias".
Por tanto en España se aprueba entonces la famosa Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la cualmanifiesta en su Exposición de Motivos: «que se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión». La representante y cabecilla del proyecto agradeció con posterioridad éste éxito a los "miembros y las miembras" que lo hicieron posible...

¡Coño!!" dice el hombre de a pié cuando se entera de este dato por la prensa. Ahora, se hizo común más que nunca esa frase que cita "
si la parienta me denuncia me quedo sin casa y sin hijos" (y sin coche y sin reputación, y sin futuro...). Un leve miedo empezó a importunar los quehaceres de muchos españoles que veían en estas leyes "algo radical" y que diferían de lo que se vendió como "una guía para evitar el lenguaje sexista"... hasta que vieron la foto

y ahí nos acojonamos prácticamente todos los seres de España con dos dedos de frente que estuviésemos recogidos en el Derecho, que tuviésemos pene, y que como seres racionales viésemos nuestros intereses, nuestra imagen y nuestra libertad puesta en riesgo por todo aquello que no lo tuviese (si es que había convivencia... ¡ah no! ¡tampoco luego hacía falta que la hubiera!).
Algún garrulo tarado quedaba por ahí que pensase que podía seguir zurrándole a su novia o esposa sin que ello tuviese repercusiones legales (y pobre del que aún quede que lo siga pensando), por lo que la maquinaria nacional feminista seguía funcionando: Básicamente, las encargadas de los organismos asiduos a lo que luego fue el Instituto de la Mujer y otros entes encargados de hacer estudios y peritajes sobre la causas que les derivasen de las distintas administraciones (INE, Justicia, Interior, etc...). Estas facciones de dicha maquinaria se dedicaban a perseguir abiertamente los intereses de la mujer y anteponerlos a los del hombre sistemáticamente en causas de, sobretodo divorcios (que experimentaron una crecida bestial), por tan solo esa cuestión de nacimiento (Datos testificales PROBADOS).
La peligrosísima "ideología de género" se comenzaba a imponer en las instituciones, en los medios de comunicación y en la vox populi. Se puso de moda porque es lo políticamente correcto. Esta ideología legitima la discriminación del hombre en beneficio de la mujer (así de sencillo, generalizando en TODOS los casos); básicamente por una cuestión de "desigualdad histórica", entre otras justificaciones. Vamos, como si ahora los israelíes pudiesen matar palestinos porque, como pueblo, han sido masacrados durante siglos y ahora tienen que solventar esa desigualdad histórica. Flipante.


Esto a día de hoy no tenía mucha importancia, pero el tiempo pasa y las injusticias ya pasaban de claro a oscuro. El Tribunal Constitucional empieza a recibir cuestiones de inconstitucionalidad sobre los novedosos artículos aplicados a sentencias (casi todas del ámbito Penal) que "parece ser" vulneraban el derecho constitucional de tener pene. A día de hoy, ninguna de estas sentencias fue admitida.
Desde que entró en vigor la retahíla de leyes penales que daban "cierto favoritismo" a la mujer en determinados pleitos penales (como la credibilidad, la interpretación, el peritaje no objetivo de la policía y el Instituto de la mujer, la sobreprotección legal injustificada, la potestad de exageración, la ausencia de pruebas, la amnistía en cuanto a falsas denuncias, etc...) los juristas y el colectivo masculino español, empiezan a preocuparse "un poco" al oler a cuerno quemado ante esta cantinela de las feministas...
Día tras día, semana tras semanas y año tras año, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (irónico nombre para un organismo que busca la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres) empiezan a recibir ingentes cantidades de denuncias derivadas de los juzgados de instrucción, es decir: cada día, estas denuncias aumentaban. Pero como no vivimos en el mundo de fantasías y de ilusiones, sino más bien al contrario, algunos magistrados de Audiencias Provinciales se topaban de bruces con una realidad que no habían planeado desde las Cortes ni desde el CGPJ: "¿Y si ella está mintiendo?".
Se armó muy gorda en ese momento clave que no podríamos señalar cronológicamente; ya que los derechos de miles y miles de individuos habían sido violados sistemáticamente con una sentencia a veces poco o nunca motivada.

Independientemente de que el peso de la Ley cayese sobre los que verdaderamente hacían daño (justificado o no) a sus parejas o exparejas, se había metido la pata hasta el fondo en los multitudinarios casos en los que esto no hubiese sido así y se hubiera denunciado en falso o de la misma manera falseado o malinterpretado datos.



y ahí nos acojonamos prácticamente todos los seres de España que estuviésemos recogidos en el Derecho, que tuviésemos pene, y que como seres racionales, viésemos nuestros intereses, nuestra imagen y nuestra libertad puesta en riesgo por todo aquello que no lo tuviese (si es que había convivencia... ¡ah no! ¡tampoco luego hacía falta que la hubiera!).
Algún garrulo tarado quedaba por ahí que pensase que podía seguir zurrándole a su novia o esposa sin que ello tuviese repercusiones legales (y pobre del que aún quede que lo siga pensando), por lo que la maquinaria nacional feminista seguía funcionando: Básicamente, las encargadas de los organismos asiduos a lo que luego fue el Instituto de la Mujer y otros entes encargados de hacer estudios y peritajes sobre la causas que les derivasen de las distintas administraciones (INE, Justicia, Interior, etc...). Estas facciones de dicha maquinaria se dedicaban a perseguir abiertamente los intereses de la mujer y anteponerlos a los del hombre sistemáticamente en causas de, sobretodo divorcios (que experimentaron una crecida bestial), por tan solo esa cuestión de nacimiento (Datos testificales PROBADOS).

Esto a día de hoy no tenía mucha importancia, pero el tiempo pasa y las injusticias ya pasaban de claro a oscuro. El Tribunal Constitucional empieza a recibir cuestiones de inconstitucionalidad sobre los novedosos artículos aplicados a sentencias (casi todas del ámbito Penal) que "parece ser" vulneraban el derecho constitucional de tener pene. A día de hoy, ninguna de estas sentencias fue admitida.
Desde que entró en vigor la retahíla de leyes penales que daban "cierto favoritismo" a la mujer en determinados pleitos penales (como la credibilidad, la interpretación, el peritaje no objetivo de la policía y el Instituto de la mujer, la sobreprotección legal injustificada, la potestad de exageración, la ausencia de pruebas, la amnistía en cuanto a falsas denuncias, etc...) los juristas y el colectivo masculino español, empiezan a preocuparse "un poco" al oler a cuerno quemado ante esta cantinela de las feministas...
Día tras día, semana tras semanas y año tras año, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (irónico nombre para un organismo que busca la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres) empiezan a recibir ingentes cantidades de denuncias derivadas de los juzgados de instrucción, es decir: cada día, estas denuncias aumentaban. Pero como no vivimos en el mundo de fantasías y de ilusiones, sino más bien al contrario, algunos magistrados de Audiencias Provinciales se topaban de bruces con una realidad que no habían planeado desde las Cortes ni desde el CGPJ: "¿Y si ella está mintiendo?".
Se armó muy gorda en ese momento clave que no podríamos señalar cronológicamente; ya que los derechos de miles y miles de individuos habían sido violados sistemáticamente con una sentencia a veces poco o nunca motivada.

Independientemente de que el peso de la Ley cayese sobre los que verdaderamente hacían daño (justificado o no) a sus parejas o exparejas, se había metido la pata hasta el fondo en los multitudinarios casos en los que esto no hubiese sido así y se hubiera denunciado en falso o de la misma manera falseado o malinterpretado datos.
Para concretar un poco y simplificar las cosas: Lo que ella decía en juicio iba a misa hasta que algunos jueces vieron que más mujeres de las que parecían víctimas, tenían más cara que espalda. Y bien asesoradas por abogados y adminitrativas del Céntro de la Mujer, estas "lagartas" empezaron a aprovecharse (sobretodo económicamente) de su condición de
"maltrato".Y así, sentencia tras sentencia, la Fiscalía ponía el cazo para lo que caía de Europa, también se ponían la medalla, los jueces quedaban de heroes en los medios de comunicación, la mujer se quedaba con todo (incluyendo pensión y compensación), y el hombre (correspondientemente etiquetado de "maltratador", arruinado, vapuleado, humillado...) considerado una lacra social para el progreso y la humanidad, iba a la cárcel unos años o pasaba a estar condenado a unas medidas de seguridad que se podrían asemejar a un arresto domiciliario EN EL MEJOR DE LOS CASOS (¡pero no en su casa! ¡ojo! que era oficialmente de ella por las "medidas de protección" que incluían una orden de alejamiento. Había que irse a casa de mamá u otra distinta).

La situación pinta mal o muy mal para el hombre español y para los hijos de las familias, muchos piensan que "estamos en libertad condicional mientras así lo quiera la parienta", nada lejos de la realidad.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=3zhAOSf3lt4
La vergüenza a que se le señale el proceso, el deshonor en la causa y demás estigmas del proceso judicial son motivo de sobra para que cientos y cientos de voces que pudiendo alzar la voz para condenar esta injusticia, directamente ni se lo planteen.
Uno de los mecanismos de defensa que estas víctimas de la violencia feminista tienen es hacer uso de su derecho de asociación y asociarse en una de las florecientes asociaciones de hombres maltratados, victimas de sus parejas o de la ley que impera inquisitoria en nuestro Ordenamiento. Es decir, nada. Sin ningún peso jurídico ni mediático, nada. Esas victimas con nombres y apellidos son la prueba viviente de que cuando un extremista pretende proteger algo, se carga todo lo demás, y no sólo no consigue protegerlo (han aumentado el número de mujeres muertas en manos de sus parejas o exparejas) sino que crea a su vez más victimas y más integristas fanáticas y fanáticos de ideas que poco se asemejan a la lógica...

Y la declarada Guerra de Sexos que se inició en 2004 (y que se ha cobrado la vida de demasiados inocentes en ambas filas) sigue y seguirá con su presencia y miedo en cada casa, en cada pareja, en cada relación inesperada de fin de semana... y esto ocurre en España señoras y señores: mujer contra marido, novia contra novio, exnovia contra exnovio. El desequilibrio, la desconfianza, la inestabilidad, la decadencia de las relaciones familiares y prefamiliares... Con un beneficio negativo para toda la sociedad, salvo para aquellas que venden la propaganda de esta guerra o comen de ella.

Como siempre, pongo en duda la justicia de los Hombres (de las mujeres también) en casi todos los casos que pasan por las manos de un juez, sin embargo, muy sabios, los antiguos ya en los libros sagrados, nos dijeron:

"Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta todas sus lágrimas. La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada." (Talmud)


3 comentarios:

  1. Es unmero negocio, pagado por papi estado, y lo saben, todos lo saben ellas las primeras, y desde luego estan provocando mas desigualdad que igualdad si de verdad buscaran la igualdad, mal muy mal.

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  2. Cuando un extremista pretende proteger algo, se carga todo lo demás. Con esa frase se resume todo. Soy Eduardo del Tuenti.

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  3. Me ha encantado la última cita de Talmud. En mi opinión resume todas las ideas del texto.

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