viernes, 30 de septiembre de 2011

Vive y deja vivir


Hay que legislarlo todo. El Derecho debe acaparar la totalidad de nuestra vida
a fin de hacernos la vida social y personal más eficiente, eficaz, y sobretodo, segura.
No es lo mismo actuar sabiendo que se está cometiendo una falta o un delito,
que actuar sabiendo que no se comete. De ahí la máxima de que
“todos deben conocer las leyes por las que se rigen”, y el principio de Publicidad de las mismas.


Una población que usa el derecho en un ámbito de su vida, casualmente,
se siente más segura que otra población que no lo usa.
El Derecho da, como es normal, seguridad jurídica, seguridad personal; s
e sabe cuáles son las leyes bajo las que uno ha de regir su día a día, su existencia,
la vida de sus hijos, su trabajo, su vida. La situación de seguridad anula el miedo y
si se elimina el miedo, se crea una condición de pseudolibertad de la que 
todos los individuos pueden gozar.

El Derecho también es restrictivo, pero sólo puede tener cabida cuando se crean normas
que se basen en el precepto de empatía universal,
o ley natural “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
 El resto de leyes que se opongan o distancien a este precepto, deben ser,
automáticamente, derogadas. ¿Por qué? Porque no se puede poner una barrera
a los derechos de las personas para asegurarnos la soberanía de unos pocos,
o el bienestar comunitario de otros.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Resumen de: Falsa idea de democracia socorrida

Allá por el siglo XVIII, una serie de señores muy inteligentes y "liberales" que tenían tiempo, dinero y ganas de pensar, copiaron una idea de la Grecia clásica fruto del pensamiento aristotélico. Dicha idea venía a decirnos básicamente, que el hombre tenía que defenderse de otros hombres que le atacaban, y que para ello, debería intervenir siempre el Estado. Y así mismo, garantizar unos derechos que organizasen el cotarro, dando libertades civiles y recortando poderes de los altos estamentos (si no, erradicarlos por completo).
Pero no solo eso, pensaron también que el Estado podía atacar si así quería, a sus electores, y por tanto, cuando eso empezó a importar después de la Edad Media en la que todo el mundo se mataba, surgió la idea de los tres poderes independientes unos de otros: la división de poderes del papá Montesquieu. Que nos explicaba que el Estado se debilita, se divide en 3 fragmentos, y que las personas tienen derecho a parlamentar sin que le saquen los dientes.

A los liberales del siglo XVIII les encantaba esta idea. Teniendo en cuenta que vivían bajo un Estado absolutista en el que mandaba el rey por voluntad divina, no era difícil encontrar detractores y fanáticos libertarios por todas partes.
Así se dio rienda suelta al constitucionalismo y la democracia, conceptos europeos y americanos que partirían de una serie de ideas como “soberanía popular”, “liberalismo económico”, “igualdad de derechos”, etc… Sin embargo, con toda esa serie de conceptos ocurre como con la mayoría de sistemas políticos basados en el liberalismo sea cual sea su tinte izquierdista: No funcionan.

Hablo desde la experiencia que el tiempo nos ha dado, desde el comienzo de la era democrática española hasta el año 2011. Y sólo he podido ver fracaso tras fracaso descontando honrosas victorias en el ámbito social.
En primer lugar, es generalmente sabido que al pueblo español no se le da muy bien eso de pensar y decidir libremente, lo cual, la idea de la democracia resulta peligrosa cuando descubres que, sin oposición popular alguna, hay otras personas y organismos que te convencen (o te coaccionan...) para pensar y decidir por ti.
El pueblo español es un pueblo servil en sus orígenes, obediente en sus convicciones (si las tiene) y fiero en cuanto a su oposición organizada a lo que no le gusta o no le conviene. O al menos, así ha sido históricamente... Un pueblo dócil que bien dirigido dominó el mundo y estableció un Imperio, pero que mal organizado, ha perdido el 95% de su potencial.

Según la Constitución "la soberanía reside en el pueblo", otra mentira más de nuestra falsa democracia: A nadie nos preguntan a la hora de legislar, y ese es el problema, la representación popular de para con las leyes.
Ya que todos sabemos qué cosas sobran y qué cosas faltan en este país. No deja de ser una opinión unánime que a nuestros líderes no les apetece escuchar: No estamos contentos con ellos ni con el sistema.

Lástima que no podamos hablar así de sus gobernantes.
Durante toda la historia, cada uno de los jefes de Estado han intentado lucrarse con la causa política, unos más que otros, claro. Prevaleciendo la izquierda como el efecto más demoledor para las arcas públicas en políticas tan sinsentido como travestir al muñequito rojo de los semáforos, crear obras públicosociales innecesarias, subvencionar minorías, problemas o causas que poco o nada aportan realmente a la sociedad. Y sin contar los ministerios de dudoso interés nacional, o el excesivo número de cargos, asesores, coches oficiales y otros gastos que de nada sirven para enriquecer al país.

Camaradas, nos han vendido y nos están comprando los mismos individuos que nos salvaron de la esclavitud del Antiguo Régimen hace poco más de dos siglos... Y estamos casi peor.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El rival de lo que tú eres

Es triste llegar a la temprana conclusión de que la soledad es un camino obligatorio en la vida. El intentar abrirse paso en esta vida y darte cuenta de que la gente de la que te rodeas no te necesita, cuando posiblemente, a causa de alguna explicación psiquiátrica, tú sabes que necesitas sentirte necesitado.

Es entonces cuando caes en la cuenta de que en la realidad del mundo, tu felicidad no importa lo más mínimo, salvo a ti y a los tuyos, a veces. Atrapado en una realidad, en un país, en un entorno que sabes de sobra que no solo no te conviene, sino que además no te llena y te es hostil.

Salir a entretenerte, a desfogar, a añadir una excepción a esta noche de “ocio” en lugar de “negocio” para tan solo darle una oportunidad a tu vida y creerte así que estás haciéndolo bien, que puedes sobrellevar todo esto.

Rodearte de amistades que parecen muy felices, ¡y diablos!, ¡en algunos casos hasta lo son realmente!. Podrían las malas lenguas decir: “tu problema es de envidia hacia el prójimo, saben compartir sus vidas con una mujer o saben manejarse sin nadie”.

No, no es tan simple como eso, la verdad. Pueden darme las seis de la mañana escribiendo, pasar los días sin un ápice de interés por vivir, usar toda esta fuerza, toda esta juventud interna y reprimida. En criticar, en destruir, en derrumbar la moral existente y los métodos tan “actuales”, que parece que a la larga y por una mera cuestión de tradición... funcionan.

No es celos en absoluto, es incomprensión, una incomprensión absoluta. Y critico por ese u otro motivo, todos los días mi mala suerte, mis defectos derivados de mi temprana sociopatía. Incluso llego a desearme ser un estúpido, un vacío de mente, un trozo de madera como ellos para conformarme con la primera zorra pintada que se me pudiera acercar. O que a causa de mi supuesta astucia, yo mismo pudiera engatusarla para hacer lo justo con ella. Pero ¿quién sería yo entonces?, ¿no perdería todo aquello por lo que supuestamente lucho?.

La pregunta que me mantiene en vela esta noche, la duda que no para de rondar mis días de inexplicable sufrimiento es: ¿Merezco esto?.
Partiendo de que la vida es injusta y los seres humanos a parte de estúpidos, somos ingenuos: ¿Por qué tiene que ser esta mi condenada suerte?, ¿tan difícil es encontrar esa aguja del pajar que te cambia la vida?


Socialmente le he dado la espalda a mi generación entera, le he escupido a la cara a la juventud, a sus modas y sus quehaceres nocturnos. Y no solo eso, además, partiendo de que soy un individuo capaz de darle una patada al avispero y sentarme serenado a afrontar estoicamente todas las picaduras que puedan venir, considero que me importa una mierda todo lo que tenga que ver con los nuevos y “modernos” aspectos sociales.

Puedo provocar la blasfemia y la afrenta con cualquiera que sea capaz de entender mi sistema de “violenta crítica constructiva”, incluso absurda a veces, y no me importa. De echo, me siento orgulloso de ser así, de poder mostrarle con mi carácter al mundo que no los necesito. Y en vista de la sinceridad que hoy día buscan las que buscan; soy lo suficientemente sincero como para decirlo.

Es extraño cuando, sin embargo, he nacido para liderar a unos y a otros, he crecido con la ilusión de poseer las cosas más vitales antes de crecerme en otras más mundanas, y a día de hoy parece todo el mundo al revés.

Y no hay manera. El mercado de las parejas está aun inexplorado, y sólo se piensa que con un “eDarling” puedes arreglar el mundo de las parejas respecto a lo vacío y gélido que lo ha dejado el universo de las telecomunicaciones.

El hombre y la mujer deben ahora convertirse, si así lo desean, en una especie de producto comercial; expuesto al público 24 horas al día, y que los interesados (con la previa permisividad del usuario) puedan “leer el prospecto” o comprobar los “materiales de composición” de aquello en lo que están interesados en adquirir. Por ende, se necesita darse a conocer en una plataforma segura y veraz, en la que la confianza lo es todo. Confianza que no suele estar.

Por pura estadística, tu pareja perfecta no tiene que ser un vecino o vecina de tu ciudad, más bien todo lo contrario. Si se dejan a un lado los prejuicios europeos y nos internacionalizamos cada uno como individuo en un sistema a gran escala, tarde o temprano nuestra probabilidad de encontrar lo que buscamos y de que nos encuentren debe aumentar.
La pregunta es: ¿Estamos preparados para ello o aun no?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Unión de Comunidades Socialistas Soviéticas Hispánicas

Hasta el día de hoy, he creído siempre que en un pueblo en el que se presume la democracia, el pueblo tiene verdaderamente la soberanía del Estado. Las leyes se hacen para beneficiar al pueblo y poder mantener un sistema de Estado del Bienestar.

Pero no, todo es la misma mierda, la misma falacia bolchevique de 1917, la misma basura socialista de siempre. Con la excusa de la libertad, los gobernantes de nuestro país nos han dirigido a la bancarrota, más de 7 años comiendo sin pagar, sin dar un maldito palo al agua, sin tener ni pizca de decencia ni caridad por su pueblo. Eso con la excusa de la democracia. Los comisarios políticos rondan en cada acera, en cada esquina, la guardia roja se ampara en sus derechos para ejercer el mandato de apalear al disidente, por mucha razón que tenga, para luego irse a su casa a descansar y a beberse lo que les destila Stalin.
Una oposición sin cojones para luchar, para levantar a las masas, para, con todas las de la ley, expulsar a esos incultos sifilíticos, rojos chaqueteros de la visa de oro de nuestra nación.
Todos, todos son unos traidores, todos maman de la loba cuando les toca, y sin embargo, siempre se olvidan de fundar la gran ciudad.
Alta traición es el delito cometido por los mandatarios cuando quebrantan las leyes y estrangulan al pueblo con las que aprueban por mayoría. Los que sí que pensamos somos conscientes de lo que pasa, y basta ya de cortinas de humo joder! no nos importa el Mundial, no nos importa la
Champions, no nos importa la oposición a la tauromaquia en Cataluña, ni la guerra de autonomías, ni la mierda con la que rellenáis cada día el hueco en Antena3. No nos importa vuestro pan y circo ni la palabrería con la que compráis los votos de los indecisos.

El pueblo que de verdad sabe pensar, reclama la cabeza de los traidores en la puerta de la Moncloa, el poco pueblo que no está muerto de hambre con 400€ al mes, ni es maricón o lesbiana, ni es socialista de los que vota con las tripas porque es lo único con lo que puede pensar. No, el pueblo que sabe escribir y leer más allá del "Hola" y del "Qué me dices", esos.
No distingo a día de hoy la Unión Soviética de mi querido país, no, no la distingo salvo por el nombre, el clima y la lengua que se habla. El pueblo está entontecido, las políticas y redes sociales siguen drogando a los jóvenes para que no se alcen en armas contra esta panda de impresentables. Los militares temen oponerse a nada porque los ponen en paro, los deshonoran o los destinan a Afganistán con solo un billete de ida. ¡Camaradas!, ¿qué cojones os pasa?

Los medios de comunicación, hipotecados, incapaces de decir la verdad por miedo al paredón del expediente y al libre despido. Buenasfuentes mediáticas que ocultáis cómo está el país por entregar mierda gratuita para nuestro cerebro todas las noches.
Cabrones corruptos, tiesos sociatas bolcheviques de la izquierda, aperrados tradicionalistas insidiosos y vengativos fascistas de la derecha, todos sois participes de lo que está pasando, y nadie hace nada, nadie dice la verdad.
Os encerráis en el Congreso para seguir rebuznando y echaros la culpa unos a otros, incapaces de asumir públicamente vuestras culpas, incapaces de proponer nada que no atente contra la libertad para, verdaderamente, hacer algo en condiciones por este país.
Vosotros, instituciones de crédito que siempre habéis gozado de tener la fuerza que mueve, levanta y hace prosperar a la sociedad, acabáis de nacionalizar el dinero del pueblo. Financiáis la deuda pública que sigue pagando los restaurantes de 5 tenedores en los que comen los ministros y el paro de los parados, sí, vosotros, que habéis socializado lo privado, ayudado a destruir la riqueza, las empresas, la iniciativa privada, para alimentar a la bestia que, os aseguro, no os va a pagar lo que os debe.

Un ejercito de capados, que a causa de decisiones políticas y europeas no pueden ni defenderse ante ataques en misiones extranjeras, mandos militares que solo saben gritar el "¡Viva España!" y no tienen pelotas para echarle frente al verdadero enemigo de la nación, a quien verdaderamente ha diezmado el valor de sus hombres imposibilitandolos para la GUERRA (no para la DEFENSA en misiones de """""paz""""").
Vosotros, civiles también, que jurasteis defender España, al Rey y la Constitución con la última gota de vuestra sangre, no estáis cumpliendo, no estáis obedeciendo a vuestro corazón. Mientras vuestros mandos se inflan de wisky al lado de la “caba” Chacón, vosotros miráis a vuestro alrededor, a vuestro amado país fragmentado y que cada día os odia más. Sin comprender por qué, a pesar de vuestra fuerza. España se arruina y se seca.

Estalinistas, pro-abortistas, feministas, liberales, recaudadores de impuestos, incultos pro-Esteban, lameculos del partido, acallados del sindicato. Traidores a esta nación, pasándoos las leyes basura que creáis por los mismos cojones para ver si así funcionan. Todos sois unos traidores al país que representáis al que arruináis comiendo a carrillos llenos y sobre el que habéis jurado lealtad. Todos habéis hipotecado a mis nietos mientras los vuestros seguirán viviendo de vuestro sueldo vitalicio y estudiando en los mejores colegios privados. Traidores al estado, traidores a la Democracia, traidores a los valores del buen español, traidores a la libertad que tanta sangre nos costó.