domingo, 4 de diciembre de 2011

El miedo, ese gran desconocido

Dentro de las mil calamidades que el ser humano puede sufrir en su vida cotidiana, una de las más frecuentes es el miedo.

El hecho de sentir miedo es una clara señal, no sólo de que estamos vivos, sino de que estamos cuerdos.
Un ser humano que desconociera el miedo, posiblemente habría muerto, o sería una lacra o un desperdicio social; algo casi inhumano.

El miedo dicta nuestros actos varias veces al día, más de las que pensamos.
La consecución genética que proviene de la huida o la defensa en situaciones límite que nos viene a ser otorgada por el mismísimo cerebro reptiliano, es en consecuencia, la segunda arma de destrucción masiva más poderosa después de la potencia del átomo.

Hemos basado nuestra vida actual en las creencias sociales inexplicadas de los tiempos de nuestra niñez. Tenemos que complacer a un cúmulo social que nos rodea y buscar siempre o casi siempre su agrado. Destacar sólo en lo que se está seguro (quien se lo puede permitir por su personalidad), ser el más guapo o envidiar al que lo es más que nosotros, ser avaros, ser autónomos... mie
do, miedo es lo que veo en toda la causa de la repercusión fundada o no lógicamente.


¿Qué sucedería si realmente el determinismo fuera cierto? ¿Se lo imaginan?: que la frase que cita eso de; "Que sea lo que tenga que ser" fuese el eslogan de nuestra vida. No como una prueba inequívoca de conformismo, sino como un claro hecho de que, sea lo fuere, el fin previamente determiando fuese el que siempre sucediera. No habría por tanto, necesidad de combatir, de luchar, no habría opción para la duda, no habría explicación para cualquier argumento competitivo. Eres lo que estás predestinado a ser.
Esa ilusión fantástica, soviética y religiosa sobre la predestinación del ser humano es bastante convincente, y es convincente porque da seguridad, de ahí que haya cuajado tan bie
n en nuestra historia.


El miedo al fracaso, el miedo a la soledad, el miedo al rechazo (y de nuevo referirnos al fracaso), el miedo a la soledad, el miedo a la enfermedad y el miedo al cambio drást
ico en la manera de vivir son sólo 5 ejemplos claros en los que, generalizado y partiendo de que todos estamos influenciados por ellos, nos afectan diariamente a todos.

Qué pasaría si de la noche a la mañana surgiera un ser, un monstruo más bien, al que no le importara el qué dirán, al que no le importara el hecho de estar solo, de ser pobre, de ser un incomprendido, de cambiar su vida o de estar enfermo... ¿Qué pasaría?. Posiblemente el miedo y la duda se haría latente en quienes le rodeasen, en quienes le considerasen como algo distinto....
No tener miedo ¿Hay algo más magnífico en la vida? ¿Hay algo más heroico y más puro?.

Nos han educado para sentir miedo, no solo al Coco, que ya de por sí es un factor sociabilizador que nos empuja a obedecer a nuestros padres, sino a prácticamente a una serie de factores que (en teoría) son enemigos del éxito y del bienestar. Han alimentado a esa parte arcaica del cerebro que todos tenemos, que nos hace temer a la oscuridad, a las serpientes y a los grandes felinos. Esa parte ha sido nutrida con sociales intereses extraños que ni yo mismo me aventuro a explicar. Y ahora, como siempre ha sido, nos pasa factura como seres finitos que somos.

¿Quieren un consejo? No teman. No vivan por ganar dinero un trabajo de mierda que no les gusta, no adulen a esos vecinos y conocidos, no silben ni piropeen de modo alguno a "las guapas", no vistan elegantes para obtener distinción, no hagan aquello con lo que no están de acuerdo, no sean conformistas si no están realmente cansados de luchar, y sobretodo, no olviden nunca, no pierdan de vista la posibilidad real y racional de que, un día, tanto usted como yo moriremos, partiendo s
in nada de este absurdo, glorioso y fétido mundo que en el presente tantos quebraderos de cabeza nos causa.


jueves, 27 de octubre de 2011

Conocimiento bajo la lluvia

Casi acabo de llegar de la Universidad, en estado casi de shok, recién comido y con el alimento sin poderlo digerir a causa, seguramente, de la reacción corporal provocada por alguna variante del síndrome de Stendhal, que ahora mismo estoy padeciendo.

Me reuní con una profesora cuyo criterio desconocía hasta hoy, prácticamente por la ausencia de la oportunidad de conocerla hasta hoy. Carpetas y cajas de cartón situadas en los recovecos de sus muebles esperaban ser desempaquetadas por ella. Desorden causado, no por una personalidad caótica y desordenada, no. Sino a causa del injusto sistema que se empeña en deslocalizarnos a todos para que tengamos algo que hacer. Y porque así "estamos mejor puestos" y "somos más accesibles" según las consignas de organización interna universitaria.

Simplemente Impresionante. Tanta lucha, experiencia y conocimientos condensados en tan poca "chicha", en tanta finitud, en tan sencilla mujer.
Comparte como yo la preocupación por los desastrosos cambios en la sociedad juvenil, por los cambios de mentalidad en los que el día de mañana tomaremos las riendas de este mundo. Teme lo mismo que yo temo en lo que compete a los acontecimientos no solo nacionales, sino mundiales.
Y aunque siempre queda el regocijo del saber, somos conscientes ambos de que eso no basta para salvar a esta juventud de un estrepitoso fracaso moral y formativo.

Comprometida desde hace años en su lucha contra la injusticia y la pobreza. Independiente, sin necesidades económicas o partidistas, una verdadera revolucionaria por convicción, por afán y sentimiento.
De esta primera experiencia sólo he podido percibir, en materia concerniente a la docencia, el hecho de que es una profesora que vale mucho la pena, pero no por su metodología o facilidades a la hora de estudiar (que también están si se trabaja para que estén) sino por su vocación. No basta con cumplir, con ir a clase y enseñar una materia que cuesta enseñar a causa de la no correspondencia de un título con un deber docente, no basta. Ella va más allá, siempre apostando por la educación y la enseñanza a unas cabezas que, año a año, van perdiendo calidad para la docencia e interés ontológico por todo.

Una mujer que tanto ha escrito y retratado sobre otras mujeres; reivindicado su lucha silenciosamente y a golpe de actos. Nos ha traído a las puertas de la ciudad un regalo que hoy se está ignorando, desgraciadamente: El punto de vista, la experiencia y la visión de unas mujeres que viven, penan y conviven al otro lado del estrecho (o en la otra cara del mundo).
¿Podríamos seguir pensando todas esas ideas que ahora pensamos después de leer esos libros? ¿Después de apreciar los testimonios que ahora mismo estamos ignorando y que ella nos ha traducido? No. Definitivamente no.

Llovía fuera del edificio de despachos mientras la docta profesora y yo hablábamos de mil temas, a cada cual más interesante, cuando caí en la cuenta de que hacía años que no me topaba con alguien así. Alguien con esas ideas y con ese espíritu que, por desgracia, yo mismo sentía dolorosamente que no tuviese la misma fuerza, edad e ímpetu del que yo dispongo.

Doctorada en Madrid en estudios árabes, con decenas y decenas de publicaciones, viajes y experiencias curtidas con el esfuerzo y la determinación del espíritu de hace 4 o 5 décadas. El mísmo espíritu que hoy por desgracia brilla por su ausencia en este país.

Realmente hacía años que no encontraba un cofre tan colmado de oro como este. Y que en ese aspecto me siento tentado al conocerme como me conozco, como un hombre muy avaricioso en esas materias...

jueves, 20 de octubre de 2011

La caída de M. Qadafi y la farsa del apoyo al conflicto

* (Aconsejaría al lector que le echase un ojo a una entrada anterior en este mismo blog) http://meinmuro.blogspot.com/2011/08/libios-libios-everywhere.html

Muammar Qadafi muere asesinado el día 20 de octubre de 2011 a manos de los libertadores de la primavera árabe. Es capturado y ajusticiado, como no podía ser de otra manera al grito de ¡Alá Akbar! (tan común entre las insurrecciones puplares de los países de Oriente Medio que están en guerra).

http://www.youtube.com/watch?v=75YhFScM5sU&feature=related&skipcontrinter=1

Personalmente dudo mucho que los libios entregasen a la ONU al señor Qadafi con vida para ser juzgado por las potencias al estilo Sadam Housein. El pueblo ha hablado, ha hecho justicia de una manera que los occidentales (que vestimos camisas limpias y trabajamos en una oficina de 9 a 14h) no estamos acostumbrados; Disparado después de darle doscientos mil golpes en memoria de los asesinados. La naturaleza humana no se puede cambiar, y si Qadafi hubiese ganado la guerra el dolor y la muerte en Libia se habría multiplicado por diez...

Queda vacante el trono de Libia. Una muchedumbre armada es ahora el poder del país, ¿sería sensato intentar democratizarlos? ¿quiere este pueblo ser democratizado? ¿O prefiere la Sharia como Carta Magna? No es tan fácil como dice la ONU y Anfena3.

Nos demuestra la historia que cuando un tirano cae, si no se controla la situación, lo sucederá una cuadrilla de 100 tiranos, organizados y más sanguinarios que el anterior. Ahora posiblemente abanderados por la idea del germen de la democracia se cometerán actos de violencia y represión de todo tipo. ¿O qué esperabais de una nación controlada (con un islamismo radical de por medio) por huérfanos y demás familiares exaltados de personas asesinadas por otros libios?. Todo esto descontando la heterogeneidad problemática de pueblos, de culturas y de influencias tribales que ya existían desde antes de Qadafi...

***

Hasta el 20 de febrero de 2011, España no se da cuenta de que tiene que dejar de vender armas a Libia (y lo deja de hacer). Sin embargo, ¿qué clase de personas (políticos) somos cuando, una vez has vendido armas tuyas a tu vecinos, vas a su tierra para apoyar a sus enemigos a derrotarlo? Esta es una de las hipocresías del "Brentdollar", el oro negro que hace que nuestros políticos se olviden de todo, excepto de la sustanciosa cifra que deja en las arcas el tema de los hidrocarburos.

No olvidemos que el 13% del petroleo que llega a España proviene de Libia (es nuestro tercer proveedor), y que, por entonces, cuando toda la revuelta explotó, tuvimos que soportar los 110Km/h porque no había dinero público para tanto petróleo encarecido, pero sí para pegatinas y para otras tonterías socialistas.
El caso es que el Gobierno de España le vende armas a Libia, le compra petroleo, le hace la pelota a su líder en Madrid cuando viene a ver a Zapatitos, y luego tiene los santos huevos de mandar aviones y tropas para bombardear hasta los cimientos de su palacio... por orden de la OTAN y de la Chacón, claro, eso siempre, España no decide en estas cosas... (¿?)
¡Hipócritas! ¡vívoras traidoras! El deber moral que tiene España es, ya que somos tan amigos, ¿Por qué no enviamos a nuestros hombres a combatir contra los rebeldes de un gobierno al que hemos armado y con el que hemos simpatizado?. Fácil (e impensable), porque cualquiera sabe que enfrentarse u oponerse a la OTAN es demasiado peligroso, y nosotros andamos con demasiada poca cabeza y una gran deuda europea que tenemos que devolver.
Lo dicho, somos los perros de presa de Bruselas, los mensajeros de una ONU dirigida por los mismos de siempre. Esta vez los muertos los han puesto los libios, pero como siempre pasa, la cosa no se va a quedar así.

Acabamos de dejar armados hasta los dientes al exaltado pueblo libio, dirigido por integristas islámicos que sepa dios qué van a hacer con todo el poder, dinero y armamento que van a amasar estas semanas... ¡Pero nada! ¡nosotros tan tranquilos! posiblemente quienes ocuparán el poder pasado mañana, vuelen aviones comerciales en nombre de Alá con los misiles tierra-aire "decomisados", pero.... ¡No pasa nada porque un dictador peligrosísimo y malísimo ha muerto!.

Cuando se hablaba hace décadas de "equilibrio de poder", precisamente se refería a mantener dictadores por todo el mundo, títeres de las potencias comunistas y capitalistas de todo el globo. Es decir, cuando Qadafi empezó a gobernar.
Ese equilibrio de poder es, no solo necesario, sino vital para la coexistencia de las naciones. Los sustitutos que vienen mañana son terriblemente más peligrosos.

***

Hoy la resistencia, con ayuda de los precisos bombarderos de la ONU, ha asesinado a Qadafi y difundido imágenes de su cadáver por todo el mundo al grito de "Alá es grande". Sin duda, una victoria más para la primavera árabe

Nos venden al recién asesinado Qadafi como un dictador, como un personaje histórico que durante su mandato a lo largo de 40 años, ha incumplido todos o casi todos los derechos humanos habidos y por haber. Pero hay muchos datos que el cuarto poder se ha reservado adrede y que no le interesa a unos pocos que el resto nos enteremos, como siempre pasa en las guerras... ¿Ocurrirá como con Sadam ahora que hay petroleo de por medio?
Yo lo tengo claro, espero no presenciar la pública ejecución de los retales gadafistas cuando los sucesores tomen el poder. Algo así pasó con Vietnam del sur cuando los comunistas "liberaron" totalmente el país.

Recemos tpor tanto porque no suceda como históricamente nos enseña el conflicto afgano: los rusos abandonan el país y las potencias que intervinieron secretamente en el conflicto dejan a talibanes y mujahidines al mando... y con el culo al aire y lleno de odio a la mayoría del pueblo que sobrevivió a la postguerra.

Datos de interés:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124066 (Armamento importado en Libia)
http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_en_Libia_de_2011 (Historiografía del conflicto)
http://www.militar.org.ua/foro/la-primavera-arabe-libia-t31139-2340.html

domingo, 9 de octubre de 2011

Arriba... ¿España?


Analizando el evento que se realizó en Jaén por parte de los amigos de las FFAA y de la Legión española, llegué a conclusiones que hacía años que no llegaba y que, por desgracia, en su momento olvidé a posta por no tener material suficiente para escribirlo. Pero creo que tengo la necesidad de hacer pública una opinión que seguro es compartida por un gran número de mentes pensantes, conscientes de todo esto.

Como muchos otros antes que yo, juré bandera prometiendo defender al Rey, a la Constitución, y ceder voluntario hasta la última gota de mi sangre por España. ¿Pero a qué España? Me pregunto ¿A mi España, una patria cálida que nos acoge a todos? ¿O la España de ellos, la corrupta de los favoritismos y las mentiras?
Sé que no es decoroso dudar de algo que está por encima de nosotros, algo tan longevo y honroso como puede ser la patria. A fin de cuentas sólo soy un pobre españolito que aún piensa que no tiene que pedir nada a su país sin antes ver qué puede ofrecerle a él. Y no
es justo exigir a la Nación algo de lo que puedes beneficiarte si con ello se pisa al vecino, al prójimo. Soy a fin de cuentas solidario con mi país tanto como espero que él lo sea conmigo, al igual que con el resto de mis congéneres.

Ya hace tiempo que, como aquel escritor, veo los muros de mi patria y no tengo nada más que hacer que sentarme y llorar por ella, de impotencia y de rabia.
He contemplado día tras día como la España que un día fue gloriosa y fuerte, imperio de imperios, se hacía digna de seguir siendo el ejemplo de otras naciones. Ahora, cuando la debilidad se ha impuesto entre sus gobernantes se ha ido convirtiendo paulatinamente en una cueva de ladrones, en una vergüenza a la que nadie dentro de las fronteras civilizadas quiere mirar.
Deplorable país, deplorable nación, deplorable sistema por el que la Legión desfila y dice estar dispuesto a defender como si nada pasase.
Veo a todos esos jóvenes, como marionetas de una ministrucha, un ente político sin alma ni instrucción alguna. Con el coco lleno de serrín cada uno de sus mandos (más políticos que los políticos) cegados por otros asuntos que no son el cumplimiento del deber con su patria, sino con los patrones que pagan mensualmente su salario.

Los padres de la Constitución obligaban a los españoles a crear un vínculo con su patria, a servirla con las armas o con su habilidad (la prestación sustitutoria); el apartado tercero “
un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general”. El interés general que beneficie a España.

 Creemos que hemos progresado. Que vivimos en el futuro que nos prometió Europa. No hemos hecho otra cosa que volvernos señoritos. Creyendo que al pagar impuestos (de los que, obviamente, se nutre nuestro ejército profesional) nosotros podemos dedicarnos los domingos a ver el fútbol acallando nuestra conciencia en cuanto a nuestras obligaciones con la patria.

¿Pero puede imponerse por ley el amor a la nación? ¿Pueden obligarnos a amar algo que no se ama? Rotundamente no. Pero es obligación de los tres poderes el permitir que aquellos que deseen servir a los intereses de España, aunque sea temporalmente, puedan hacerlo. La oportunidad siempre debe estar garantizada, no las trabas y la desinformación.
Como suele pasar en las naciones que han sido intoxicadas de libertad sin aprender previamente de su historia y del sacrificio de los hombres que dejaron en ella su huella, nos hemos embriagado con el progresismo despreocupado. Sí, esa mentalidad perezosa que sólo sabe pedir y exigir 
derechos, pero que no entiende ni quiere entender que junto a ellos coexisten deberes. Esa evasión de las obligaciones ciudadanas nos ha hecho desagradecidos en todos los ámbitos de la vida pública. Y esto nos viene porque la ingratitud tiene su origen en el desconocimiento del valor de las cosas.
Sin embargo, no se puede traicionar a la nación por tener uno las libertades personales que cree que se merece: no se puede odiar a la tierra que te da las oportunidades y las ventajas, que te sostiene y alimenta. Que es el sustrato del resto de situaciones beneficiosas de las que uno dispone.

 Como un hijo que odia a sus padres metódicamente por el hecho de ser sus padres... Ser un desagradecido patrio es, por desgracia, lo que está de moda. No respetar ni lo que a uno le pertenece y que tiene el derecho y el deber de mantener.

La sociedad, la juventud y la moral de todos tolera estos actos al no condenarlos. La sociedad tolera la cobardía de sí misma al no condenar los actos de sus representantes. El pueblo consiente que existan políticos que traicionan a la nación a la que supuestamente representan. Y me pregunto ¿Nadie va a hacer nada? ¿Vais a seguir de botellón, bebiendo y fumando mientras vuestro país se va a la ruina? ¿Vais a seguir culpando cínicamente a los políticos cuando quienes no lucháis por vuestra libertad sois vosotros?
Hipócritas, hipócritas patrios.
Y todo esto, como siempre, os dará igual mientras nadie os legisle y regule el pan y el circo. U os quite la posibilidad de ganar una paguita fácil. Un puñado de euros con los que comprar vuestra atención, vuestro voto y vuestro silencio. Dinero que, a fin de cuentas, no deja de ser un puñado de deseos de mierda.







Sois la juventud de España, sois la nación española del mañana. Un pueblo fuerte y valiente que ha luchado por su autodeterminación cuando no ha tenido ocasión para autodestruirse.
¿Donde está esa fuerza y esa valentía de superación garantizada por los derechos que tanto reclamasteis? Gritar públicamente el “Viva España” en dos actos anuales (mientras que sea otro quien sangra por ella) no es patriotismo, no. No 
si no se trabaja por plasmar ese sincero deseo en un futuro de grandeza cada día. No es patriotismo, sino hipocresía. 

Cuando seáis conscientes de que en nuestra sociedad impera una moral cambiante, cainita, que os empuja a anteponer vuestros sueños, el bienestar y la imagen nacional por un miserable sueldo, descubriréis que no amáis verdaderamente a vuestra nación. Porque, por lo general (y sin ánimo de criticar el progreso personal), vuestro trabajo, vuestra ocupación y vuestro propio ego (ese que tanto os esclaviza) se superpone sobre vuestro país.
Esa concepción tan generalizada es lo contrapuesto a la moral castrense. Donde la palabra "servicio", como acto de servir, viene a ser la justa entrega, íntima y pública, de la fuerza de uno mismo en interés de la nación. Servir a España es y será siempre mucho más que portar orgulloso su bandera en un mundial de fútbol.

No sois conscientes de lo que verdaderamente está pasando en este país cuando hasta el menos docto en la materia puede percatarse de que la población no sólo no desea luchar por su nación ni por sí misma, sino que corre a rendir culto al cuerpo y al alma del mejor postor. Por treinta monedas de plata.

Un acto que congregó a más de media ciudad de Jaén en beneficio de su bandera y de la buena imagen de su Legión no inspiró la voluntad de agruparse para defender sus derechos, su buena imagen, su prestigio y animar a la fuerza y la unión nacional. Esa misma unión destruida por los “representantes” que prometieron defenderla y mantenerla indemne.
¿De qué sirven todos esos gritos de amor patrio si no se trabaja, si no se lucha por la nación?. ¿De qué sirven los laureles y los honores a los caídos si los que viven hoy no son capaces de luchar por su memoria? Cada momento que sigo recordando el acto del viernes me da más vergüenza ajena, me da más repulsa por el pueblo que ni sabe, ni quiere saber. Que se afana en atarse a su propia incultura mientras eleva alto los mitos que cree que le aportarán la salvación del inminente destino. Cuando se ha sembrado la discordia en un pueblo que ni lucha ni puede luchar por lo que dice amar.

"En ningún lugar he visto a tales leones conducidos por tales corderos".
   General Max von Gallwitz (1852–1937)

miércoles, 5 de octubre de 2011

Indignaos, pero seguid remando.

Horas antes del 15 de marzo de 2011 se expanden mensajes de indignación por todo el ciberespacio. Se concretan quedadas en zonas céntricas de Madrid, Barcelona y otras capitales de provincia. El grupo “Democracia Real Ya” ha aparecido en los medios días previos a la macroreunión, y ahora, se ha extendido con un dudoso programa entre cientos de jóvenes (y no tan jóvenes) que ven la panacea de sus males en forma de manifestación pacífica.

Decenas de periodistas y sociólogos quisieron dar explicación a este fenómeno desde el punto de vista de la conspiración. Incluso parte de esas personas que en su día formaron parte del movimiento, dejaron su puesto al ver “extrañas” influencias políticas existentes dentro de la comuna, que se había formado de manera “espontánea”.

Al final, todo quedó en nada, como muchas cosas en este país. Los argumentos fueron más un sueño que una posibilidad, y las clases medias que se vieron tentadas a seguir, a resistir por la causa, abandonaron sus puestos. Los indignados quedaron abandonados, mal vistos y hacinados en un poblado chabolista que ellos mismos levantaron, comiendo, como no, de la caridad estatal.
Tuvieron valor de luchar contra el sistema, de afrentar a la policía, a los elementos, a la opinión pública. Hoy son una imagen putrefacta y vergonzosa de nuestra sociedad, apodados jocosamente “perroflautas”. Y, créanme cuando digo que han sido la última oportunidad fallida de un pueblo que veía la insurrección autónoma e independiente como una posibilidad de éxito contra la injusticia promovida, defendida e institucionalizada por parte del Estado.

Hoy ya nadie quiere levantarse; prácticamente nadie quiere parecerse ni asemejarse a ellos; nadie quiere luchar, ya ni por lo suyo, ni por el pan de sus hijos.
Yo mismo, cuando presencié en los medios el germen de una viable insurrección popular, sentí cierto miedo y cierta complicidad al mismo tiempo. Sentí ganas de unirme y de utilizar mis capacidades para dirigir esa revolución hacia una victoria claramente segura...

Pero no. ¿Quién soy yo para hacer eso? Nosotros somos los que hemos presenciado caer al pueblo en un ademán de inconformismo. Somos los indignados de los indignados, los desilusionados de las mala imagen de nuestros revolucionarios. Somos un pueblo que siente asco de sí mismo, y asco de ciertas partes de ese pueblo que ha sido el que le ha dado la mala fama al hecho de “levantarse y luchar”.

El fracaso de la revolución hispánica llegó mucho antes de gestarse. Ni se estudió la historia pasada, ni se hicieron los deberes correctamente, y por tanto, no se puede aprobar.

Uno de mis profesores de Derecho Constitucional, ilustre catedrático de Universidad, nos dijo una vez durante unas jornadas dirigidas a los jóvenes: “Vosotros jóvenes, que tenéis fuerza para cambiar el futuro, sois los revolucionarios de este siglo, pero no con armas, no con la fuerza. Sois los líderes de la revolución silenciosa, la que se conquista cada día con esfuerzo y determinación”.

Yo no puedo estar más de acuerdo.

***

Plaza de Tian'anmen, 1989. Yo llevaba tan solo unos años en este caótico mundo cuando se produjeron los incidentes que, como estudiante de Derecho que soy, considero que cambiaron el pensamiento de una generación entera.

Se dio un límite oficial de 2.600 víctimas mortales, y cinco veces más de heridos: Estudiantes, gente del pueblo que otorgó sobre la escalinata sus peticiones en un manuscrito plegado. Lo entregaron DE RODILLAS a los comisarios políticos ante la mirada del mundo. Ellos no eran anarquistas, ni marxistas, ni perroflautas. Ellos no querían destruir el Estado, sólo querían ser escuchados y provocar el cambio, un cambio positivo, no la revolución.

Justo al día siguiente, un padre (anónimo, que tuvo que huir del país para salvar su cuello de los maoístas) que había perdido a su hijo en los “enfrentamientos” (que no fue más que una carga indiscriminada de gente armada versus gente desarmada) se plantó allí con unas bolsas, le plantó cara a una fila entera de carros de combate soviéticos hasta que fue sacado de allí por otra gente.
Las cámaras del mundo, el pueblo chino, la humanidad entera, contempló ante sus ojos que un sólo hombre puede marcar la diferencia. ¿Por qué no hemos aprendido? ¿Por qué el pueblo, la juventud española, no ha trabajado para ser así? ¿Por qué, en lugar de enseñarnos a luchar conforme a nuestras ideas, se nos enseña desde la infancia a ser borregos y a no pensar?

No se puede construir un castillo sobre la arena. Esa es la idea.

De nada me sirven todas las leyes que están destinadas a mejorar el rendimiento escolar, a mejorar la sociedad juvenil. De nada sirven las protestas, ni las concesiones, ni los subsidios, ni las becas. Ningún intervencionismo juvenil va a ser positivo a la largo plazo si antes no se hacen unos buenos cimientos sobre los que edificar la política social.

¿Qué arena? Se preguntará usted.

Nuestra juventud ha cambiado a peor, le pese a quien le pese. Los augurios de los decostructivistas como Nietzsche (hace 100 años) tenían razón si miramos y analizamos a día de hoy un Instituto español (incluso me atrevería a decir "europeo") elegido al azar.

Nihilismo generalizado, caos institucional, vacío moral. La destrucción de los valores de nuestros padres, sustituidos por los de sus hijos, que no valen nada, básicamente porque la mayoría han salido de la MTV, de los 40Principales y de otras fuentes de incultura nacional, sin contar el pan y el circo televisivo y de la desinformación que se administra en vena a todos por igual.
Vivimos en una sociedad en la que el hijo debería enseñar a leer a su padre. Y sin embargo, hoy es el padre quien ruega a su hijo para que. al menos, asista a las clases.
No existe la voluntad de aprender, no existe ese valor por el conocimiento. El clásico joven ansioso de aprender está hoy martirizado, criticado y estigmatizado por una panda de hedonistas metrosexuales de gimnasio, adictos al narcisismo y al botellón.

El adiestramiento sofista de la dialéctica, que hace décadas se consideraba como el cénit de la experiencia de un jurista, hoy día ni se sospecha. Se ha perdido la voluntad de luchar.
Tal es el caos que los catedráticos de Derecho Internacional tienen casi que rogar a sus alumnos a leer “Rebelión en la granja”, para que al menos pueda entender sus explicaciones gran parte del alumnado que asiste por inercia a clase.

No hay derecho a esto. Somos jóvenes y queremos tener el pollo deshuesado y sin piel en nuestros platos, y que lo pele nuestro padre o el Estado. Pollo salido del pesebre pagado en forma de votos, que sí tienen más valor que la moral.

El espíritu de lucha no tiene validez práctica, sólo teórica. El bien y el mal se mezclan tanto que ahora sólo sirve el criterio de la mayoría, y uno solo, como individuo, teme alzarse y decir: “yo no estoy conforme”.

“Cuanto más grandes son las escuelas, más pequeñas son las cárceles”. Sin embargo, el Hombre libre se crea cada día, la política nacional e internacional tiene que alentar a la libertad de los individuos, no dando jamás lugar a maquillar el Derecho Positivo con artimañas partidistas que sólo benefician a un grupo, o a dos, o a tres, atendiendo a intereses económicos y comerciales de unos,ignorando el bienestar del pueblo, que es donde reside la verdadera soberanía.
O eso han querido vendernos incluso antes de 1978...



*Foto de Alexander Rodchenko, cartel para la oficina de publicidad estatal de Leningrado (1925)

viernes, 30 de septiembre de 2011

Vive y deja vivir


Hay que legislarlo todo. El Derecho debe acaparar la totalidad de nuestra vida
a fin de hacernos la vida social y personal más eficiente, eficaz, y sobretodo, segura.
No es lo mismo actuar sabiendo que se está cometiendo una falta o un delito,
que actuar sabiendo que no se comete. De ahí la máxima de que
“todos deben conocer las leyes por las que se rigen”, y el principio de Publicidad de las mismas.


Una población que usa el derecho en un ámbito de su vida, casualmente,
se siente más segura que otra población que no lo usa.
El Derecho da, como es normal, seguridad jurídica, seguridad personal; s
e sabe cuáles son las leyes bajo las que uno ha de regir su día a día, su existencia,
la vida de sus hijos, su trabajo, su vida. La situación de seguridad anula el miedo y
si se elimina el miedo, se crea una condición de pseudolibertad de la que 
todos los individuos pueden gozar.

El Derecho también es restrictivo, pero sólo puede tener cabida cuando se crean normas
que se basen en el precepto de empatía universal,
o ley natural “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
 El resto de leyes que se opongan o distancien a este precepto, deben ser,
automáticamente, derogadas. ¿Por qué? Porque no se puede poner una barrera
a los derechos de las personas para asegurarnos la soberanía de unos pocos,
o el bienestar comunitario de otros.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Resumen de: Falsa idea de democracia socorrida

Allá por el siglo XVIII, una serie de señores muy inteligentes y "liberales" que tenían tiempo, dinero y ganas de pensar, copiaron una idea de la Grecia clásica fruto del pensamiento aristotélico. Dicha idea venía a decirnos básicamente, que el hombre tenía que defenderse de otros hombres que le atacaban, y que para ello, debería intervenir siempre el Estado. Y así mismo, garantizar unos derechos que organizasen el cotarro, dando libertades civiles y recortando poderes de los altos estamentos (si no, erradicarlos por completo).
Pero no solo eso, pensaron también que el Estado podía atacar si así quería, a sus electores, y por tanto, cuando eso empezó a importar después de la Edad Media en la que todo el mundo se mataba, surgió la idea de los tres poderes independientes unos de otros: la división de poderes del papá Montesquieu. Que nos explicaba que el Estado se debilita, se divide en 3 fragmentos, y que las personas tienen derecho a parlamentar sin que le saquen los dientes.

A los liberales del siglo XVIII les encantaba esta idea. Teniendo en cuenta que vivían bajo un Estado absolutista en el que mandaba el rey por voluntad divina, no era difícil encontrar detractores y fanáticos libertarios por todas partes.
Así se dio rienda suelta al constitucionalismo y la democracia, conceptos europeos y americanos que partirían de una serie de ideas como “soberanía popular”, “liberalismo económico”, “igualdad de derechos”, etc… Sin embargo, con toda esa serie de conceptos ocurre como con la mayoría de sistemas políticos basados en el liberalismo sea cual sea su tinte izquierdista: No funcionan.

Hablo desde la experiencia que el tiempo nos ha dado, desde el comienzo de la era democrática española hasta el año 2011. Y sólo he podido ver fracaso tras fracaso descontando honrosas victorias en el ámbito social.
En primer lugar, es generalmente sabido que al pueblo español no se le da muy bien eso de pensar y decidir libremente, lo cual, la idea de la democracia resulta peligrosa cuando descubres que, sin oposición popular alguna, hay otras personas y organismos que te convencen (o te coaccionan...) para pensar y decidir por ti.
El pueblo español es un pueblo servil en sus orígenes, obediente en sus convicciones (si las tiene) y fiero en cuanto a su oposición organizada a lo que no le gusta o no le conviene. O al menos, así ha sido históricamente... Un pueblo dócil que bien dirigido dominó el mundo y estableció un Imperio, pero que mal organizado, ha perdido el 95% de su potencial.

Según la Constitución "la soberanía reside en el pueblo", otra mentira más de nuestra falsa democracia: A nadie nos preguntan a la hora de legislar, y ese es el problema, la representación popular de para con las leyes.
Ya que todos sabemos qué cosas sobran y qué cosas faltan en este país. No deja de ser una opinión unánime que a nuestros líderes no les apetece escuchar: No estamos contentos con ellos ni con el sistema.

Lástima que no podamos hablar así de sus gobernantes.
Durante toda la historia, cada uno de los jefes de Estado han intentado lucrarse con la causa política, unos más que otros, claro. Prevaleciendo la izquierda como el efecto más demoledor para las arcas públicas en políticas tan sinsentido como travestir al muñequito rojo de los semáforos, crear obras públicosociales innecesarias, subvencionar minorías, problemas o causas que poco o nada aportan realmente a la sociedad. Y sin contar los ministerios de dudoso interés nacional, o el excesivo número de cargos, asesores, coches oficiales y otros gastos que de nada sirven para enriquecer al país.

Camaradas, nos han vendido y nos están comprando los mismos individuos que nos salvaron de la esclavitud del Antiguo Régimen hace poco más de dos siglos... Y estamos casi peor.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El rival de lo que tú eres

Es triste llegar a la temprana conclusión de que la soledad es un camino obligatorio en la vida. El intentar abrirse paso en esta vida y darte cuenta de que la gente de la que te rodeas no te necesita, cuando posiblemente, a causa de alguna explicación psiquiátrica, tú sabes que necesitas sentirte necesitado.

Es entonces cuando caes en la cuenta de que en la realidad del mundo, tu felicidad no importa lo más mínimo, salvo a ti y a los tuyos, a veces. Atrapado en una realidad, en un país, en un entorno que sabes de sobra que no solo no te conviene, sino que además no te llena y te es hostil.

Salir a entretenerte, a desfogar, a añadir una excepción a esta noche de “ocio” en lugar de “negocio” para tan solo darle una oportunidad a tu vida y creerte así que estás haciéndolo bien, que puedes sobrellevar todo esto.

Rodearte de amistades que parecen muy felices, ¡y diablos!, ¡en algunos casos hasta lo son realmente!. Podrían las malas lenguas decir: “tu problema es de envidia hacia el prójimo, saben compartir sus vidas con una mujer o saben manejarse sin nadie”.

No, no es tan simple como eso, la verdad. Pueden darme las seis de la mañana escribiendo, pasar los días sin un ápice de interés por vivir, usar toda esta fuerza, toda esta juventud interna y reprimida. En criticar, en destruir, en derrumbar la moral existente y los métodos tan “actuales”, que parece que a la larga y por una mera cuestión de tradición... funcionan.

No es celos en absoluto, es incomprensión, una incomprensión absoluta. Y critico por ese u otro motivo, todos los días mi mala suerte, mis defectos derivados de mi temprana sociopatía. Incluso llego a desearme ser un estúpido, un vacío de mente, un trozo de madera como ellos para conformarme con la primera zorra pintada que se me pudiera acercar. O que a causa de mi supuesta astucia, yo mismo pudiera engatusarla para hacer lo justo con ella. Pero ¿quién sería yo entonces?, ¿no perdería todo aquello por lo que supuestamente lucho?.

La pregunta que me mantiene en vela esta noche, la duda que no para de rondar mis días de inexplicable sufrimiento es: ¿Merezco esto?.
Partiendo de que la vida es injusta y los seres humanos a parte de estúpidos, somos ingenuos: ¿Por qué tiene que ser esta mi condenada suerte?, ¿tan difícil es encontrar esa aguja del pajar que te cambia la vida?


Socialmente le he dado la espalda a mi generación entera, le he escupido a la cara a la juventud, a sus modas y sus quehaceres nocturnos. Y no solo eso, además, partiendo de que soy un individuo capaz de darle una patada al avispero y sentarme serenado a afrontar estoicamente todas las picaduras que puedan venir, considero que me importa una mierda todo lo que tenga que ver con los nuevos y “modernos” aspectos sociales.

Puedo provocar la blasfemia y la afrenta con cualquiera que sea capaz de entender mi sistema de “violenta crítica constructiva”, incluso absurda a veces, y no me importa. De echo, me siento orgulloso de ser así, de poder mostrarle con mi carácter al mundo que no los necesito. Y en vista de la sinceridad que hoy día buscan las que buscan; soy lo suficientemente sincero como para decirlo.

Es extraño cuando, sin embargo, he nacido para liderar a unos y a otros, he crecido con la ilusión de poseer las cosas más vitales antes de crecerme en otras más mundanas, y a día de hoy parece todo el mundo al revés.

Y no hay manera. El mercado de las parejas está aun inexplorado, y sólo se piensa que con un “eDarling” puedes arreglar el mundo de las parejas respecto a lo vacío y gélido que lo ha dejado el universo de las telecomunicaciones.

El hombre y la mujer deben ahora convertirse, si así lo desean, en una especie de producto comercial; expuesto al público 24 horas al día, y que los interesados (con la previa permisividad del usuario) puedan “leer el prospecto” o comprobar los “materiales de composición” de aquello en lo que están interesados en adquirir. Por ende, se necesita darse a conocer en una plataforma segura y veraz, en la que la confianza lo es todo. Confianza que no suele estar.

Por pura estadística, tu pareja perfecta no tiene que ser un vecino o vecina de tu ciudad, más bien todo lo contrario. Si se dejan a un lado los prejuicios europeos y nos internacionalizamos cada uno como individuo en un sistema a gran escala, tarde o temprano nuestra probabilidad de encontrar lo que buscamos y de que nos encuentren debe aumentar.
La pregunta es: ¿Estamos preparados para ello o aun no?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Unión de Comunidades Socialistas Soviéticas Hispánicas

Hasta el día de hoy, he creído siempre que en un pueblo en el que se presume la democracia, el pueblo tiene verdaderamente la soberanía del Estado. Las leyes se hacen para beneficiar al pueblo y poder mantener un sistema de Estado del Bienestar.

Pero no, todo es la misma mierda, la misma falacia bolchevique de 1917, la misma basura socialista de siempre. Con la excusa de la libertad, los gobernantes de nuestro país nos han dirigido a la bancarrota, más de 7 años comiendo sin pagar, sin dar un maldito palo al agua, sin tener ni pizca de decencia ni caridad por su pueblo. Eso con la excusa de la democracia. Los comisarios políticos rondan en cada acera, en cada esquina, la guardia roja se ampara en sus derechos para ejercer el mandato de apalear al disidente, por mucha razón que tenga, para luego irse a su casa a descansar y a beberse lo que les destila Stalin.
Una oposición sin cojones para luchar, para levantar a las masas, para, con todas las de la ley, expulsar a esos incultos sifilíticos, rojos chaqueteros de la visa de oro de nuestra nación.
Todos, todos son unos traidores, todos maman de la loba cuando les toca, y sin embargo, siempre se olvidan de fundar la gran ciudad.
Alta traición es el delito cometido por los mandatarios cuando quebrantan las leyes y estrangulan al pueblo con las que aprueban por mayoría. Los que sí que pensamos somos conscientes de lo que pasa, y basta ya de cortinas de humo joder! no nos importa el Mundial, no nos importa la
Champions, no nos importa la oposición a la tauromaquia en Cataluña, ni la guerra de autonomías, ni la mierda con la que rellenáis cada día el hueco en Antena3. No nos importa vuestro pan y circo ni la palabrería con la que compráis los votos de los indecisos.

El pueblo que de verdad sabe pensar, reclama la cabeza de los traidores en la puerta de la Moncloa, el poco pueblo que no está muerto de hambre con 400€ al mes, ni es maricón o lesbiana, ni es socialista de los que vota con las tripas porque es lo único con lo que puede pensar. No, el pueblo que sabe escribir y leer más allá del "Hola" y del "Qué me dices", esos.
No distingo a día de hoy la Unión Soviética de mi querido país, no, no la distingo salvo por el nombre, el clima y la lengua que se habla. El pueblo está entontecido, las políticas y redes sociales siguen drogando a los jóvenes para que no se alcen en armas contra esta panda de impresentables. Los militares temen oponerse a nada porque los ponen en paro, los deshonoran o los destinan a Afganistán con solo un billete de ida. ¡Camaradas!, ¿qué cojones os pasa?

Los medios de comunicación, hipotecados, incapaces de decir la verdad por miedo al paredón del expediente y al libre despido. Buenasfuentes mediáticas que ocultáis cómo está el país por entregar mierda gratuita para nuestro cerebro todas las noches.
Cabrones corruptos, tiesos sociatas bolcheviques de la izquierda, aperrados tradicionalistas insidiosos y vengativos fascistas de la derecha, todos sois participes de lo que está pasando, y nadie hace nada, nadie dice la verdad.
Os encerráis en el Congreso para seguir rebuznando y echaros la culpa unos a otros, incapaces de asumir públicamente vuestras culpas, incapaces de proponer nada que no atente contra la libertad para, verdaderamente, hacer algo en condiciones por este país.
Vosotros, instituciones de crédito que siempre habéis gozado de tener la fuerza que mueve, levanta y hace prosperar a la sociedad, acabáis de nacionalizar el dinero del pueblo. Financiáis la deuda pública que sigue pagando los restaurantes de 5 tenedores en los que comen los ministros y el paro de los parados, sí, vosotros, que habéis socializado lo privado, ayudado a destruir la riqueza, las empresas, la iniciativa privada, para alimentar a la bestia que, os aseguro, no os va a pagar lo que os debe.

Un ejercito de capados, que a causa de decisiones políticas y europeas no pueden ni defenderse ante ataques en misiones extranjeras, mandos militares que solo saben gritar el "¡Viva España!" y no tienen pelotas para echarle frente al verdadero enemigo de la nación, a quien verdaderamente ha diezmado el valor de sus hombres imposibilitandolos para la GUERRA (no para la DEFENSA en misiones de """""paz""""").
Vosotros, civiles también, que jurasteis defender España, al Rey y la Constitución con la última gota de vuestra sangre, no estáis cumpliendo, no estáis obedeciendo a vuestro corazón. Mientras vuestros mandos se inflan de wisky al lado de la “caba” Chacón, vosotros miráis a vuestro alrededor, a vuestro amado país fragmentado y que cada día os odia más. Sin comprender por qué, a pesar de vuestra fuerza. España se arruina y se seca.

Estalinistas, pro-abortistas, feministas, liberales, recaudadores de impuestos, incultos pro-Esteban, lameculos del partido, acallados del sindicato. Traidores a esta nación, pasándoos las leyes basura que creáis por los mismos cojones para ver si así funcionan. Todos sois unos traidores al país que representáis al que arruináis comiendo a carrillos llenos y sobre el que habéis jurado lealtad. Todos habéis hipotecado a mis nietos mientras los vuestros seguirán viviendo de vuestro sueldo vitalicio y estudiando en los mejores colegios privados. Traidores al estado, traidores a la Democracia, traidores a los valores del buen español, traidores a la libertad que tanta sangre nos costó.

domingo, 28 de agosto de 2011

Sucedáneos de vida para todos


¿En qué os habéis convertido, mortales cavernarios?. Si esto es el futuro, si esto es la era del progreso... joder... que me saquen de aquí.
Dice el dicho: “Somos lo que comemos”, y sin ir mas lejos, uno se da cuenta que no es lo que come, sino lo que es y hace lo que forma el carácter y la personalidad de uno mismo.
No existe valor de hacer, no existe coraje en la lucha diaria. Sucedáneos por todas partes es lo que hay, sucedáneos que nos permiten conciliar el sueño, que nos hacen sentiros satisfechos y autorealizados...

Uno abre los ojos por la mañana y tiene que darle un sentido a su vida (si no está lo suficientemente resacoso como para no pensar), sin embargo, aquí en este siglo nos hemos civilizado. Somos la ostia de “progres” y nos hemos domesticado para no matarnos entre nosotros, y eso deja al ser humano que hay en nuestro interior total o parcialmente anulado.

Vamos a trabajar porque eso nos hace sentirnos útiles, y además nos da dinero para comprar todo tipo de enseres, necesarios o no. Llegamos a casa, ávidos de enmierdar nuestra mente con lo primero que nos escupa la televisión, y de hecho, así sucede con cada telediario, sucedáneo más de realidad a fin de no sentirnos aislados del exterior.
Terminamos nuestra comida, precocinada o no, pero llena de conservantes y aromatizantes artificiales hasta los topes. Procedemos a volver al trabajo o a perder el tiempo envenenándonos con más y más sucedáneos vitales para no pensar demasiado, por si acaso.

Quizás cuando sales del trabajo, o cuando deambulas por tu casa sin saber qué hacer después de darte un chute de sucedáneo de entretenimiento viendo la última mierda de película de comedia protagonizada por algún gilipollas de Hollywood, o tu serie favorita, (esa que cientos de metrosexuales acaban creando una trama para adolescentes con la que ya no puedes vivir sin ella). Disfrutas entonces de un correspondiente sucedáneo de sexo: el mejor porno que puedas encontrar clasificado por degeneradas prácticas, paliando así, mediante la controvérsica masturbación, tu instinto, tu necesidad de salir a la calle y violar a la primera mujer que encuentres por el simple hecho de satisfacer tus instintos animales de indiscutible existencia en el ser humano.
Si no, no pasa nada, en todos los periódicos, internet, o en un local con luces, a las afueras de la ciudad, puedes terminar de degenerar y saciarte por un puñado de euros, al fin y al cabo, es una necesidad fisiológica más, ¿no?. Ergo, ahí tienes tu sucedáneo de amor, moral o no.

En vista de esto, y dado tu latente poco éxito real con las mujeres en los lugares comunes de ocio, (los cuales están pensados para todo menos para hablar o infundir sentimientos) recurres a otros métodos más socialmente aceptados:
Te das cuenta de que el enrevesamiento de las relaciones falsas, artificiales y “precocinadas” es seguramente, lo que necesitas, y te das por vencido, acabas cayendo en Internet, como un medio de encontrar a alguien que merezca la pena.
Suena coherente, salvo porque allí mismo, donde tú nadas inocentemente, existe un ilimitado número de “varones-tiburón”, armados con su miembro en la mano dispuestos a tirarle a todo lo que se mueva mientras cumpla 3 requisitos básicos de feminidad intentando inventar excusas de todo tipo por poder meterla en caliente. Con estas premisas, se genera desconfianza entre las “gacelas” (mujeres que se denominan "buenas y maduras" así mismas por hacerse la tan necesaria "buena imagen" de cara al público) y demás féminas orgullosas de ser mujer sin terminar de entender el por qué de su feminismo extremo junto a su pasión por los hombres depilados y musculosos.
Por ende, pierden sus fuerzas inventando excusas para creer en las generalizaciones antimasculinas que su amiga o vecina les ha contado cuando descubrieron que su pseudopareja les era infiel con la vecina del 5º porque la chupaba mejor.
Lo cual, limita en el sexo femenino las posibilidades de salir de la espiral de revanchismo contra todo lo que tenga polla.

Se crea una desconfianza que pasará factura en casi todos los ámbitos de la vida de una mujer, y que la articulan y le dan motivos para llegar a conclusiones generalistas que tanto daño le hacen a los pocos hombres buenos que quedan.

A pesar de eso, un ser humano utiliza el sucedáneo de relaciones personales y sale a la web (o utiliza el móvil, o el mensaje de texto, o la puta madre que parió a las novedades tecnológicas) esperando un contacto frío que simula ser cálido, carente de humanidad pero que al mismo tiempo, sacia en parte esa necesidad de comunicarnos que todos tenemos desde las cavernas, y que a causa de nuestra “compleja” vida, no podemos permitirnos salir a la calle a hacer visitas o interactuar en vivo sin tener una excusa llamada “viernes y sábado” en la que, seguramente, tendrás que consumir alcohol para desinhibirte .

Cuando las endorfinas no se pueden calmar ni siquiera así, descubres que la guerra es necesaria, que el conflicto es humano. Y en ese momento enciendes una pantalla, activas un dispositivo, y en menos de 30 segundos puedes disfrutar de un sucedáneo de guerra a escala mundial; de un conflicto entre hombres como tú, con armas virtuales que están dispuestos a batir sus propias marcas digitales de muertes o inmolaciones.
Eso en el caso de una mayoría de varones. El otro sexo se sacia cotilleando o viendo cotillear a sus congéneres, contemplando incluso llegar a las manos a 3 desconocidos que nada les importa la vida o la privacidad de otros.

Cuando ya estas totalmente lleno de sucedáneos, te das cuenta de que tienes suerte, te vas a la cama y te duermes pensando en lo cojonuda que es tu vida, o en el éxito laboral que obtendrás cuando pase un tiempo, o de la chica que conociste el otro día, que te ha mandado un mensaje privado con una frase final terminada en una sonrisa (“ :-) ”) que no entiendes y te desconcierta. O de qué vas a hacer con tu dinero el próximo fin de semana, si decides gastarlo en mierdas, ropa, droga (por supuesto terapéutica, es para poder sobrevivir), o alcohol barato. O de dónde vas a ir de viaje las próximas vacaciones para darle envidia al vecino y creyéndote a ti mismo al pensar que eres feliz y un buen partido.
Te das cuenta de que, utilizando sucedáneos de vida, no se está tan mal, de hecho, hasta se está entretenido, relajado y feliz. Y sientes lástima de aquellos que tienen que recurrir como yonkis, a sucedáneos de actividad, como la cocaína, el café, o las bebidas energéticas. O sucedáneos individuales de tranquilidad y emulación de felicidad, como el cannabis, el alcohol o el lorazepam, con o sin receta médica.
Te sientes afortunado porque la mierda que flota por las ondas te hace sentir bien cuando te la administran antes y después de tus sesiones de intermedios diarios de religiosidad (anuncio y anuncio consumista en forma de publicidad). Mostrándote la desgracia de cientos de negros o moros que son asesinados o bombardeados por otra potencia extranjera.

Y ahora que puede usted ver su vida y reflexionar, pregúntese: ¿Cómo de jodido está?.....................
y luego bendiga su vacía vida de mierda.

Lo que posees acabará poseyéndote

El vacío social, la decadencia de la humanidad entre los 17 y los 35. El sudor frió que recorre sin explicación alguna las espaldas y las almas de la sociedad.

La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Nos hemos criado en unos tiempos en que el condón es el zapatito de cristal de nuestra generación. Reservas uno cuando conoces a un extraño, bailas toda la noche... y luego lo tiras.

Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine, prestigiosas modelos perseguidas por paparazzis o estrellas del rock&roll, pero no lo seremos y poco a poco lo estamos entendiendo; lo que hace que estemos no sólo vacíos, sino muy, muy cabreados.

¿Tienes idea de lo que es una tableta?, sí, cuando digo esa palabra no te paras a pensar en el chocolate, ni en el turrón de Navidad, ni en el hachís que ves incautado por la policía en algunas noticias del telediario, no. Tu mente se va directamente a un producto informático, telemático y sutilmente diseñado no hace más de 2 años por algún genio que vive, sueña y trabaja gracias a idiotas como tú.
Somos por naturaleza consumidores, amantes de los subproductos, obsesionados por un estilo de vida.
Asesinato, delito, pobreza, injusticia... son cosas que no nos incumben, que al parecer están por encima de nosotros. Lo que sí importa son las revistas de famosos, una televisión con 500 canales, el nombre de alguna prestigiosa marca en mi ropa interior, crecepelos, quitapelos, sacarina, sucedáneos de café, trastos que adquirimos para dar fe de una supuesta posición social. Mierda para pasar el rato y tener algo que hacer en lugar de plantearse la vida miserable en la que se ha sumido nuestra existencia.

Somos los hijos no deseados de Dios, ¿y qué? Nuestros padres eran nuestros modelos de Dios, y si nuestros padres nos fallaron, ¿qué dice eso de Dios?.
Tienes que tener en cuenta la posibilidad de no caerle bien a Dios, él nunca quiso tenerte. Con toda probabilidad él te odia, pero no es lo peor que pueda ocurrirte, tranquilo. ¡¡No lo necesitamos!!... y no nos importa. Que se jodan la maldición y la redención, somos hijos no deseados y bastardos de Dios, hoy no tememos el infierno ni actuamos pensando en que un día vamos a estar bendecidos y rodeados de angelitos asexuados que revolotean entre luz mientras tú, dudas si estaría bien meneártela a cientos de kilómetros sobre la tierra o no.

Por eso, pase lo que pase, recordad: No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el sumatorio de todas vuestras horas de estudio y notas universitarias, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido del tarjetero de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones, ni los trapos que comprais cada viernes, ni el montón de mierda que escribís hora tras hora, día tras día en una plataforma virtual de internet sita en ninguna parte. Sois la mierda cantante y danzante del mundo. Y vuestros deseos, corruptos e incorruptos, vuestra ansia por todo aquello que está vacío, es lo que os acabará mostrando finalmente el gran milagro de la vida, el culmen de la existencia, el éxtasis de toda realidad, la muerte.

Las once lecciones de Robert S. McNamara

1) Empatiza con tu enemigo

2) La racionalidad no va a salvarnos

("...McNamara no parecía muy esperanzado en el futuro de la humanidad. "Kennedy era una persona racional", dijo. "Kruschev era una persona racional. Castro era una persona racional. Individuos racionales estuvieron a punto de destruir totalmente a sus sociedades").

3) Hay algo más allá de uno mismo

4) Maximiza la eficiencia

5) La proporcionalidad debe ser una directriz en la guerra

6) Obtén datos

7) Lo que ves y lo que crees con frecuencia están equivocados

8) Debes estar preparado para reexaminar tus razonamientos

9) Para hacer el bien, puedes tener que involucrarte en el mal

10) Nunca digas nunca

11) No puedes cambiar la naturaleza humana

¡¿Zombies ahora?! ¿Por qué no?


Manda huevos con las películas que se hacen hoy día con temática de muertos vivientes. Ya más que una maldición, son virus y epidemias.
Pero, ¿Qué demonios hacemos si eso pasase hoy, aquí, en este mismo momento?. El caos se apodera de las ciudades, el campo se vuelve intransitable y las bandas y asaltadores toman los callejones, sin hablar de los muertos que deambulan por ahí como caníbales comiéndose hasta los gatos.

Yo sólo tendría una frase para expresarlo: "Ahora, estamos jodidos".
¿Qué qué haría este humilde narrador que os habla?, ¡Joder, como su fuese nuevo! Por supuesto que organizaría un grupo de supervivientes cazazombies,Conseguir comida, armas, municiones, herramientas y poder organizar un modo de vida acorde con la situación tan parda que se ha liado. Seguramente, no por mi culpa...

La verdad es que no tendría dudas a la hora de meter un tiro entre las cejas a cualquier hijoputa no-muerto, ¡Coño! ¡Son muchas horas de Call Of Duty las que tengo!, pero estaría bien, sería una experiencia... No, mejor, un modo de vida. Un modo de vida cojonudo y proobelicista al más puro estilo sureño.

Olvidad todo lo que habéis visto en las películas de Hollywood; Zombieland, el amanecer de los muertos, etc.. Eso son cagarrutas comparadas con lo que se liaría si eso pasase (y eso si es que sobrevivimos a esa movida de transformación y no acabamos comiéndonos los sesos del vecino, claro).

Venga, no seas hipócritas: ¿A quién no le gustaría ir en un todo-terreno semiblindado a toda ostia escuchando Rock y tiroteando cuerpos putrefactos? ¡Yo no me hartaría de eso! Además, lo de salvar supervivientes tiene su gracia también, siempre y cuando no esté en el grupo la típica rubia tonta chillona que mete en líos a todo el mundo... (¿O sí sería bueno? grrr... jajaja)

Solo espero que si nos vemos inmersos en esa jodida situación, se encuentre alguna forma de tener luz y agua, por que si no, los problemas se multiplican por diez. Y no me refiero luz para enchufar el PC y ver porno en el DVD de tu tita Luisa, no. Ni cargar el móvil o el MP3, no. Digo luz por que sin ella la cosa se complica. Amén de que sin armas, tabaco, luz ni agua corriente, un apocalipsis zombie es bestialmente duro, más bien, es una putada.
Es lo que tiene no disfrutar de bienes básicos, aunque eso del trueque con los otros supervivientes también tiene su gracia, si es que tienes algo con lo que "truequear" y las otras personas son amables y cooperan...

Todos tenemos un pequeño psicópata en nuestro interior que, en esos momentos, disfrutaría como un niño haciendo perrerías a los no-muertos. Conozco un par de tipos que estarían deseando coleccionar cráneos ensartados en palos atados en la cerca del jardín de su vivienda. O hacer prácticas de tiro por que sí, por aburrimiento, a la Buenamiguel, ¡fiesta!.
Reconozcamos que Hobbes se pondría cachondo con una movida de esas, y algún individuo de la tierra seguidor suyo, también.

Los hay que con una espada japonesa lo tendrían todo hecho, pero, como diría yo mismo en mi más puro estilo fumeteo: ¿Y quién se pone a pensar en cultura estando jodido de esa manera?. La cultura no tiene cabida si no se garantiza la supervivencia, y yo, con algo de ayuda, sería capaz de montar una escuela-taller en medio de todo ese caos, tened en cuenta, que lo importante es la proliferación de la especie. Y la especie compuesta por individuos estúpidos, realmente no tiene mucho futuro...

Sí, es una entrada rayante, ¿verdad? Pues es lo que tiene no estudiar a las 3:42 de la mañana un día antes de un examen, te da por escribir de todo menos los resúmenes... Es que manda narices...

Y está ahí...

"¿Nunca habéis visto a ese personaje? Ese que de pequeños algunos querían ser, que no tenía miedo ni reparo en hacer su justicia o en decir lo que pensaba.

Ese neocapitalista bestial, trabajador aunque pesetero como un judío amante del reluciente metal. Capaz de esmerarse en guardar los céntimos que le devuelven cuando compra en el super, pero que sin embargo paga los más caros placeres... o deja la mejor de las propinas.
Ese mujeriego, aparentemente desinteresado, al que muchos admiran en secreto y otros serían capaces de apuñalar en medio del pueblo por tal de demostrarse algo a sí mismos.

Sí, en el fondo, todos hemos conocido a alguien así alguna vez.
Puede entrar en escena de manera esperpéntica, con un gorro, una careta, o quizás algo, algún atrezzo, que le haga diferente de los demás. Tanto en su aspecto como en su personalidad. Y no se esconde.
Podrías tenerlo frente a tus narices sin prestarle la menor atención y no darte cuenta hasta más tarde, con suerte, del tipo de persona que tienes delante...

Sofista de profesión. Con ciertos tintes xenofobos, homófobos, antivegetarianos, antisocialistas, militarista y con un sutil, cortante (a veces hiriente) sentido del humor... Cuando se levanta con esas ideas, claro.

Ese charlatán que en las reuniones de bar te sorprende con la palabra, exigente y culto. Refinado por costumbre, chistoso e inteligente. De imponente presencia y mirada penetrante, como si siempre tramase algo y pocas veces lo reconociese. Incapaz de decir lo que siente, aunque sí lo que piensa, regocijándose en las experiencias que antes ha vivido y en las conclusiones que has sacado de ellas.
Revive ante ti sus vivencias pasadas para darte un buen consejo si lo necesitas, por supuesto, copa en mano.
Con gustos que, a pesar de salir del control y la moderación, van desde lo inmoral a lo prohibido pasando por lo más purista. No tiene problema en saltar a la comba, varias veces, sobre la línea de los excesos. Porque se conoce y él sabe que hasta en él, el mal es bueno.

Perfectamente podría ser considerado por los más religiosos como el mismo diablo; casi un hereje, pecador nato y valiente, incapaz de achantarse ante las amenazas, que tomamos un créditolas que toma por un reto. 

Ese personaje pudo haber cambiado nuestras vidas, pudo haber cambiado la tuya, o la mía, o la de cualquier persona que mereciese la pena y se topase con él en la ocasión perfecta.
En su esencia es una persona solitaria, pero deseosa de compartir su vida con otras almas.

Casi desesperado por sentir el amor en su espíritu inquieto; Ese amor que tan a menudo él mismo disecciona y diseca frente a los demás. No a causa de alguna frustración, sino como remedio. Como si descubrir la naturaleza más cruda del ser humano le aplacase sus males como un suero para las heridas.

Esa persona que juega a la ruleta rusa todos los días pares... porque los impares no tiene balas."

Los pocos que quedan...

"Porque es difícil explicar qué se siente y cómo transmitirlo...
Ser débil siendo fuerte, caminar por la vereda de la vida sin compañía. Porque la mochila pesa más si no tienes a nadie con quién hablar..
Los hay que hemos nacido malditos. Que hemos preferido "ser" antes que "creer". Nuestro pensamiento es fuerte y nos separa del resto de los mortales, mortales que no nos comprenden.

Sin un objetivo concreto en la vida, vagando por esta para intentar ser felices, a veces en vano. Sin creer en dioses que guíen nuestros pasos, confiando en nosotros cuando nunca parecerá suficiente...

Ver nuestras carencias sin poderlas rellenar. La soledad es insana cuando de lo necesario se es dependiente.
Los que se quedaron atrás parecen triunfar, ser felices y recibir las mieles y los éxitos que se nos niegan. Sin poder comprenderlo preferimos vivir el presente, decididos y con fuerza.
Si el mundo ya en sí es demasiado grande, más grande aun nos parece a nosotros.
Insaciables hambrientos, ¡qué poco podemos aportar y qué poco podemos recibir! Cuando la desconfianza inunda nuestras vidas al tiempo de necesitar una mano amiga que nos salve, que nos sostenga, ¡que nos empuje!.
Cuando creemos que la salvación está en el mismo fuego, nada tenemos que perder si ya lo hemos perdido todo."

La procesión de la discordia

--Publicado el día 5 de abril de 2011--

Saludos a todos.

A ver, empecemos por el principio.

En primer lugar, sí, es un atentado contra la libertad religiosa de la colectividad cristiana, ya que es una clarísima provocación no solo a los cristianos madrileños, sino a toda la cristiandad (si yo fuese obispo iría tomando nota y excomulgando sobre la marcha...). Eso de que se mofen de Dios, de Jesús y de la Virgen María delante de tus ojos en plena calle no es agradable para nadie (diciéndolo así por quitarle peso).

Sin embargo, por favor, dejemos los peloteos: La mayoría de los escritores de este blog ni profesan activamente la religión católica, ni comulgan cada domingo. Así que, en vista de la situación, no hablemos con la fe en la mano, sino con los fundamentos jurídicos que caracterizan nuestro ordenamiento y condicionan (o deberían condicionar nuestras intervenciones).

Hablemos del hecho constitucionalmente hablando: cierto es que existe una libertad religiosa a la que todos hacemos mención (Art 16 CE), pero OJO también es cierto que existe un artículo 20.1.a) en la misma Constitución. Por si nadie la tiene a mano, cita lo siguiente: Se reconocen los siguientes derechos: (...)

“A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. ¡¡Voilà!! hasta aquí vamos bien. Sin embargo, dicho artículo tiene limitaciones, básicamente para evitar actos tan deseados por algunos intelectuales como por ejemplo: la quema pública en plazas de fotos y monigotes de Belén Esteban. Dicha limitación figura en el 20.4 : “Estas libertades tienen su limite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.”

Es decir, según este artículo y sus afines, puedo celebrar litigios religiosos sea de la religión que sea, pero sin pasarme de la raya (es decir, del art 20.4).

Hasta aquí, creo que todos estamos de acuerdo. Entonces, ¿en qué se legitiman las “procesiones” anticlericales previstas para el Jueves Santo?

Cierto es que hay un derecho a la libertad religiosa y un Código Penal que hace que no nos matemos los unos a los otros por razones de fe, sin embargo, estas personas plantean una manifestación de su ideología anticlerical. Eso, queridos compañeros, no es ilegal, quizás, desde el punto de vista de la moral cristiana y los valores y buenas costumbres, es amoral. Aun así, no dejo de leer las noticias al respecto en los periódicos, y salvo ciertas salvedades, que seguramente son cometidas por los cuatro mendrugos de siempre, no veo ilegalidad en el acto, si nos basamos puramente en la interpretación en las leyes.

Diferente sería que esa multitud se pusiera... qué digo yo: a quemar iglesias, perseguir curas estaca en mano, quemar fotos del Santo Padre o de algún obispo, insultar o atentar contra lugares sagrados, etc. Eso sí estaría vulnerando el Art 20.4 entre otros. Las sátiras, mofas no destructivas, y la libre opinión no impuesta por la fuerza o mediante el uso de las armas, no supone ilegalidad alguna, respeto a los “contrarios” siempre que se utilice actúe en el ámbito público.

A ver, por esas, incluso el mismísimo R. Zapatero podría denunciar a la cadena Intereconomía por las imitaciones que hacen de él, o por las sátiras de las fallas valencianas, chirigotas de Cádiz, etc. ¿O eso no atenta contra su derecho al honor y la propia imagen? La misma regla para medirnos a todos, no olviden eso,, que en España somos muy de “cachondeo”, y eso no es delito, si se hace en condiciones .

Claro está que quien juega con la fe, se acaba quemando, eso se sabe desde que el Hombre es Hombre.Y si se llega a producir tal acto, cierto es que habrá altercados, (otra cosa es que salga eso en la “tele”) ya que no todo el mundo es tan... de hablar como nosotros, y hay por ahí algunos cristianos convencidos de sus creencias hasta la médula, que no les pasan ni una a los que promueven eso de “quemar iglesias”. Y, si hay que darle un par de tortas, se las van a dar. Eso de coger la religión y pasárselo por el arco del triunfo no es bien recibido.

Lo dicho, hay conductas incívicas que no son ilegales. Y me gustaría referirme aquí a aquellos que son defensores de los cultos multitudinarios en la vía pública:

Si yo me fuese con 50 amigos a hacer botellón a la Plaza Santa María este viernes a las 6 de la tarde, ¿qué pasaría?. Mis congéneres y yo estaríamos haciendo uso de nuestro derecho a la reunión pacífica, derecho de libertad circulatoria, derecho de libertad de pensamiento (ya que consideramos que eso de beber en público es un acto que hace a las personas más afines y alegres), y que por tanto (no se rían aun) es un pensamiento defendible, o una religión, si nos ponemos, la de unir a la gente a través del alcohol (en Alemania existe el “Oktober Ferst” que va de eso mismo, pero con cerveza y salchichas a manos llenas). ¿Por qué tienen que multarme si hago uso de mi derecho a manifestar pacíficamente una conducta de pensamiento en grupo? Esto es jurídicamente igual, y a mi entender, si a esos 50 amigos se les conciencia para que recojan sus desperdicios, os aseguro que no sucederá como sucede con la cera en Semana Santa...

Abramos la mente: pretender diferenciar un acto de otro por un mero hecho de “religiosidad” no lleva a ninguna parte, legalmente hablando.

En lugar de eso, nuestro Excelentísimo Ayuntamiento socialista, manda el botellón al ferial “por que molesta”. ¡Señores! ¿mandamos las procesiones al ferial? No, ¿verdad?. Es el sin sentido de siempre de confundir las tripas con la cabeza...

Libios, libios everywhere...

--Publicado el día 3 de abril de 2011--


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Buenas a todos.
En primer lugar, creo que estoy en posición de decir que el incidente libio no es más que una muestra de la determinación de los pueblos frente a sus dictadores, o eso quiere hacernos pensar Anfena3.

No estoy en absoluto a favor de la revuelta, mucho menos de los bombardeos “semiindiscriminados” contra el pueblo libio, pero muchísimo menos el que las potencias "aliadas" le den armas a los golpistas para que hagan el trabajo sucio mientras ellos especulan con el precio del barril...

Me gustaría hacer ver a los lectores una idea de la que al parecer, pocos, o ninguno se ha percatado: Libia no es el centro del mundo. Mientras en este momento leen el blog, estudian, duermen, o ven la tele, decenas de países están luchando contra individuos del estilo de estos “golpistas”. Miles de personas están muriendo (no sólo de SIDA o de cáncer, no) a tiro “limpio”, y además con unas balas disparadas por personas que tienen nombre.

¿No nos acordamos ya de Nepal, eh? ¿Ya nadie se acuerda de la famosa serie de revueltas aplacadas con el más fuerte brazo de hierro socialista? A día de hoy, en China... ¡¿qué digo China?! A tiro de piedra, cruzando el estrecho, Marruecos está incumpliendo los Derechos Humanos de sus habitantes día sí y día también. Y de eso parece que no nos acordamos o no queremos acordarnos...

Libia es una zona de guerra, no zona de exclusión aérea, ni un país tercermundista en vías de desarrollo con “revueltas”, no. Sólo hay que ver las imágenes para darse cuenta que allí hay un conflicto armado entre quienes tienen el poder y los que no, no es una manifestación violenta de cuatro “batasunis” a la española para quemar cajeros. Esto es serio, como otras situaciones serias que no salen en la tele.
Me gustaría lanzar otra pregunta que mucho tiene que ver con política internacional: ¿Por qué no el antes nombrado Nepal? ¿Por qué no las pequeñas repúblicas sudamericanas? ¿Por qué no los pueblos del centro de Africa ( como es Somalia, que parece que ya no existe después de lo del Alakrana)?

La guerra sigue viva en nuestro mundo y parece que si no sale en las noticias es que no existe. Sin embargo, aquí, los doctos prejuristas se pueden llenar la boca con los Derechos Humanos y no tienen ni idea de qué va esto, es más, ni de dónde está esto.

La participación internacional en conflicos, es, y siempre ha sido y será, un medio más de economía, un pulso entre los intereses de quienes tienen y los que pueden tener. Esos intereses quedan muy feos si no se los adorna con ideologías “progres” y salvadoras, de benevolencia y liberalismo procapitalista.
Al pan, pan, y al vino, vino. Libia tiene petroleo, Europa no puede dejar que siga subiendo el precio del crudo porque los próximos en montarla somos nosotros, y junto a toda la camarilla de EEUU, no pueden consentir que ese petroleo:

1)Suba de precio porque 100.000 muertos de hambre se cansen del “jeque” que gobierna, y que luego este conteste (Al estilo propio de Oriente Medio).
2) Caiga en manos de los “Homeini” y éstos corten el abastecimiento (para vendero, por ejemplo, a los chinos, o a los rusos a un precio de risa... sin descontar la posibilidad del chantaje o el pactismo con las potencias que avalaron la "Revolución libia".

Es así de fácil. Llenar el depósito vale cada vez más. Si a una población le cuentas eso de que intervienes en Libia porque hay que derrocar a un genocida, y que además, va a bajar el precio de los carburantes ¡Haleluya! Beneplácito del populacho ante una intervención militar. Lo que me extraña es que no se haya dicho también que vamos a Libia en mision de “paz”. (¿Sólo 650 unidades terrestres? no se lo creen ni ellos...)

Lo dicho, y sin ganas de poner en duda el conocimiento noticial de los lectores: hay mucho que no se sabe, refiriendome a las personas normales.
No os perdais lo mejor de todo. Como ya sabemos lo que pasó en Irak y Afganistan, con el tema de Libia se está teniendo más cuidado: desarman a al ejército de Gadafi incautando envios de armas, los cuales, las potencias, otorgan a la Resistencia. Con lo facil, queridos compañeros, que es utilizar a los efectivísimos Marines de los Estados Unidos. (Sin entrar en tecnicismos, existe a día de hoy un fusil de precisión de la marca Barret, capaz de realizar un tiro efectivo a 1800m, ahi lo dejo).
Prefieren que sea el pueblo libio el que se libere así mismo mientras las potencias que “mediamos” en la revolución popular libia nos encargamos de que el señor Gadafi no haga trampa usando su contundente fuerza aérea. Nosotros le limpiamos el camino y ellos toman las posiciones. Les estamos ayudando a ganar la guerra CASI como pasó en los 60 con los afganos, ¿Lícito? ¿Moralmente correcto?. Matar es matar, y tan genocida es el que bombardea a su pueblo como el que vende armas y despeja el cielo para que otros puedan “ajusticiar a sus verdugos”. Con lo facil que le resultaría a EEUU, Alemania, Francia y en definitiva, la OTAN acabar con este asunto en menos de 7 días. No, nosotros pretendemos no dejar jugar a uno para que el otro se libere solo... y ya de paso, que muera más gente. ¡Serán hipócritas!

Con ánimo de refrescar la memoria a los lectores, me gustaría recordar que el mismísimo Gadafi acampó su jaima en Madrid hace unos años, estableciendo relaciones cordiales con el Señor Jose Luis, el cual le ofreció, entre otros presentes internacionales, ARMAS (y unas promociones en Granada y Almeria). Y no pasaba nada, el “árabe” fue bien recibido, y la misma Lola Flores le flamenqueó un poco, por eso del floklore. ¡Y no pasaba nada! Todos tan hermanos en la foto.
Las cosas son sencillas, como tenemos una tecnología infalible y unos avances armamentísticos alucinantes, ¿por qué complicarse con diplomacia barata? Si hay que hacer la guerra, que se haga bien, como lo hizo el estado de Israel en la Guerra de los Seis Días (¿Sabe alguien menor de 35 años de qué guerra estoy hablando?).
Y si ya nos gusta especular sobre el futuro de nuestro amado pueblo libio, ¿qué pensais que va a pasar si Gadafi “resulta” derrotado? ¿Instauración de una democracia? Eso es lo occidentalmente correcto, ¿no?, aunque nos parezca increible, y a algunos paises Imposible de comprender; no todos los pueblos desean ser democratizados... y esa es la voluntad del pueblo.

Y para finalizar, que alguien me conteste porque no lo tengo claro; ¿sabe alguien cuántos barriles diarios le han prometido los golpistas al gobierno de nuestro pais a cambio de nuetra diplomática ayuda armada?