domingo, 8 de marzo de 2015

El Estado Islámico pelea y nosotros calentamos banquillo.

Han pasado semanas, incluso meses, desde que el Estado Islámico comenzó a perpetuar masacres y crímenes de todo tipo en aquellas zonas de Iraq y Siria que tomaron por la fuerza. La población civil no se salva de los latigazos ni las amputaciones (ante los pecados mas leves) cuando no son colgados, decapitados o fusilados. Lo que es la 'sharia' en su aplicación más cotidiana. ¿La razón de estos castigos desproporcionados? No ser lo suficientemente creyente, o levantar cierta duda razonable sobre el obligado fervor religioso que todos los musulmanes de las 'zonas ocupadas' deben mostrar. Para los miembros del Estado Islámico y no cabe ninguna duda sobre el mensaje del Profeta, las obligaciones para con Allah o su máximo poder en la tierra.
La destrucción de templos está prohibida en el Corán; sin embargo nada se dice sobre respetar la idolatría de otras culturas. Mas bien en el Texto se prescribe destruir los 'falsos ídolos' tal y como el Profeta hizo al conquistar a las tribus de la Meca.
Sean o no de tiempos pasados, los ídolos representan una ofensa al poder creador de Allah; Los vestigios de culturas antiguas, bien conservados por las naciones de Oriente Medio como parte de su patrimonio histórico, son consideradas pecado en tanto en cuanto representan (recreada) la figura del hombre; potestad que según ellos solo esta permitida a Dios.
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Las milenarias ciudades destruidas también han sido esquilmadas. Los miembros de Estado Islámico han traficando con algunas de las piezas mesopotámicas en subastas públicas (algunas de ellas en Occidente) con la finalidad de adquirir más dinero para su causa. El expolio no solo ha sido la destrucción, sino la venta y el saqueo de piezas con más de 3000 años de antigüedad.
Como siempre, los intereses económicos afloran en todas las guerras al margen de los aparentes motivos iniciales que las impulsan.

Pero ¿por qué se nuestros Gobiernos occidentales lo consienten?

Después de una primera incursión en Iraq (la llamada Operación Tormenta del Desierto), protagonizada por los Estados Unidos de América, y sus particulares intereses, le siguió en 2004 una segunda invasión. En esta ocasión las milicias de insurgentes y de AlQaeda se lo pusieron muy difícil a las tropas americanas. Esta ultima acción bélica pasó paulatinamente a ser algo más que impopular. Algunos de los candidatos prometían en las lecciones retirar las tropas cuanto antes de aquel desierto en el que el americano medio ya no percibía ningún tipo de interés beneficioso para su país.
Desde 2001 Afganistán es otra zona de conflicto con presencia internacional. La misión estaba clara: cazar a Osama y a sus secuaces a toda costa y tratar de estabilizar la región. Sea como fuere, la sensación de una guerra que se cobraba más y más vidas la conviertió también en un asunto político socialmente impopular.
Cada decisión del estilo implicaba un aumento de intención de voto para la oposición. Los Gobiernos (americano y europeos) conocían a la perfección este hecho. Por esa razón a día de hoy ninguno de nuestros Gobiernos se atreve a mandar al mismo desierto algo más que armas o ayuda humanitaria para las milicias aliadas o los ejércitos nacionales implicados en el conflicto.
América pretende ayudar a vencer al Estado Islámico través de bombardeos, pero no aportando tropas de su eficiente ejército, que sí son capaces de contener y extirpar a los yihadistas en su propio terreno con la precisión de un experimentado cirujano.
En España hemos optado por enviar poco más de 300 hombres para adiestrar al ejercito iraquí en su lucha contra el autoproclamada Califato.

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La comunidad internacional tiene la intención de actuar, claro que sí. ¿Qué Gobierno no buscaría lavar y enaltecer su imagen ante el electorado con una incuestionable victoria sobre un puñado de genocidas? Habría que estar loco para rechazar una oportunidad así. No obstante, de entrar al trapo ¿que le dirán los pueblos europeos y americano dentro de unos meses cuando empiecen a llegar los cadáveres de nuestros muchachos? ¿Se convertirán nuestros países en objetivos prioritarios de la rabia incontrolada del terrorismo yihadista? ¿Nos chantajearán después de tomar unos cuantos rehenes?
Del actuar de Occidente veo claro que no hay suficiente sangre sobre la mesa como para que los Estados tomen medidas e inicien acciones militares serias. Por más que nos duela.
Son los sirios e iraquíes quienes ponen los muertos y nosotros quienes difundimos las imágenes y escribimos los hashtags. 

¿Esto va a seguir así? ¿Podemos seguir tolerando sus continuos crímenes?

Los Estados están esperando que os manifestéis contra la barbarie. Están esperando que les exijamos actuar en pos de la paz mundial. Aguardan que consideremos intolerable nuestra pasividad ante las decapitaciones y las matanzas.
En otras palabras: Europa está esperando a que justifiquemos por nuestra cuenta (gracias a la TV y a Youtube) una tercera intervención en Iraq; a pesar de que suponga la muerte de docenas de nuestros soldados, y la posibilidad de que "los lobos solitarios" atenten en suelo europeo.
Mientras, para marear la perdiz y justificar la inactividad, Occidente envía armas y ayuda humanitaria a los kurdos del norte del país, que junto con Irán y Siria se oponen de forma armada al Califato. Ellos son quienes de verdad se juegan el tipo por sus familias y su gente.
Deberán destruir otras 20 acrópolis prerromanas más, fusilar a otros tantos miles de civiles más y decapitar una decena de reporteros más antes de que nuestra sociedad (justifique) exija que intervengan nuestras tropas en aquel escenario.


A fin de cuentas todo es cuestión de números en un 'suma y sigue' lo único que está consiguiendo día a día es que este sea un mundo más peligroso.

martes, 13 de enero de 2015

Yo no soy Charlie




Hace aproximadamente cuatro años que vaticinamos (algunos expertos y, por qué no decirlo, yo también) atentados como los de hace días en la ciudad de París. Por desgracia tuvimos razón, y la que queda por tener.
Ya veníamos avisando de que el Islam radical había puesto su punto de mira en Europa y se avecinaban acontecimientos muy feos. Ideólogos de la yihad habían amenazado a varias naciones en varios comunicados, España, por desgracia, también se encontraba entre ellas; porque para ellos, nuestra Reconquista cristiana les supuso una conquista, sin re-, a causa de la incapacidad de los gobernantes de aquel Califato ya extinto.
Todos estos mensajes amenazadores surgen después del salto a la palestra del yihadismo; después del 11S, después de nuestro 11M, después de lo de Londres... Aún entonces había españoles que ningunearon o tergiversaron la amenaza terrorista al creerla lejana. Y en parte tenían razón (o eso nos hicieron pensar los políticos).


(Se hace frecuente ver imágenes con la bandera con la Shahadda frente a monumentos por toda España)

Es actualmente en Siria, Iraq y algunos países de África donde el integrismo islamista golpea con más fuerza, más visiblemente, a la población civil (población árabe, a su juicio, no lo suficiente creyente. O de credo distinto). Sí, aunque no lo crean, estadisticamente los yihadistas matan más árabes (y musulmanes) que los "cruzados" , como ellos nos denominan.
Pero que el Estado Islámico de Iraq y Levante esté cometiendo atrocidades al otro lado del mundo no nos libra a nosotros de la amenaza yihadista, ni muchísimo menos. De hecho, Occidente no puede seguir negando las evidencias y mirar para otro lado; porque está hasta las trancas metido en el problema.



El caso parisino en cuestión ha azotado a los medios de comunicación y a la sociedad. Es, a mi juicio una victoria plena para los integristas; porque 3 hombres (que ya sabían que iban a morir) han puesto patas arriba un país e infundido el miedo en todo un continente.
De una manera involuntaria, en términos generales, se ha posicionado a la opinión pública en contra el Islam y de los inmigrantes. Sin quererlo, espero, hemos materializado una de las llamadas a la Guerra Santa, como dicen los integristas: el Islam está siendo atacado.


(Entre otros países de la UE, Londres vivió una de las mayores manifestaciones proIslam en Europa)

Pocas son las voces que han salido defendiendo al Islam (con razón) y muchas las que han defendido a los dibujantes asesinados.
El desconocimiento tanto de la religión como de la cultura árabe ha traído grandes perjuicios a Europa. Y hablo del buenismo de la izquierda y de los prejuicios de la derecha:
En primer lugar no todos los "moros" son terroristas. Eso está claro (o debería estarlo). De hecho, no todos los árabes europeos son musulmanes, aunque la gran mayoría ve su propio carcter impregnado de la cultura musulmana (como los andaluces, aunque a algunos no les guste reconocerlo).
Lo segundo es que en la ideosincrasia musulmana no reside la idea de integrarse en otros colectivos como el PSOE trató de vendernos con la Alianza de Civilizaciones. En otras palabras, el musulmán medio se integra 'con los suyos' en tierra de 'otros'; y no lo digo yo, lo dice el Corán. Cosa diferente es que quienes son más abiertos de mente se occidentalicen (interiormente y de aspecto), con una conciencia más parecida a la europea que a la que impera en sus países de origen o de sus padres.
Lo tercero que quiero resaltar tiene que ver con la situación de los responsables de los atentados: Todos son nacionales franceses. Eso implica que el problema no está en sí en el país de origen, sino en la cultura adquirida en su entorno o en la madrassa. Me confesó un árabe no musulman instegrado más que de sobra en Europa, que le consta que hay europeos con ideas más radicales que otros emigrantes de Oriente Medio. ¿Es esto posible? Sí, aunque parezca inédito para algunos, sí que es posible. Y es que la radicalización tiene poco que ver con el sitio en el que se nace y mucho con las ideas y la filosofía que se adquiere.
La cuarta idea que quiero reseñar es que el Islam, en sí mismo, conlleva una ideología panarabista. Es decir, de expansión de la fe y del modelo musulmán frente a otros credos y culturas.
No como en la tradición judeocristiana entendemos el concepto de "predicación", que casi que viene a ser ir puerta por puerta, o difundir entre los niños de catequesis la cultura cristiana de "poner la otra mejilla" (cuya aplicación es más que inexistente en la sociedad). El Islam es una religión fuerte, que mantiene una doctrina monoteísta extrema y unos mandamientos muy claros para los fieles. Tan claros que supone un estímulo vivir la religión. De hecho me he percatado, leyendo el Corán, de que anima a vivir y a admirar el mundo exterior a pesar del devenir de la vida y de las desgracias. De hecho, no es difícil percatarse de que entender al pié de la letra determinada doctrina coránica conlleva directamente aventurarse en el integrismo. A fin de cuentas, un texto del Siglo XII d.C. que se autodenomina "la última voluntad eterna de Dios" no podía prever entonces la situación y el progreso social del que hoy disfrutamos en Europa.
La sexta idea a remarcar es, según mi opinión, por qué las distintas colectividades musulmanas critican (con la boca chica) sin demasiada fuerza mediática, el atentado que sufrió el periódico francés. Ojo, que la ofensa de las caricaturas no es distinta de la película que, a modo de broma, se filmó de forma jocosa ridiculizando al Profeta (y ya veremos si no acaban igual los productores de la misma). Vengo a decir que, si se conoce el Islam, se conoce también que la figura del Profeta Muhammad es INVIOLABLE. A ningún musulmán (con la Shahadda delante de sol a sol) se le pasaría por la cabeza criticar al Profeta en público al igual que aquí se hace con Jesús, o con la Virgen María, o con el Rey. En el credo es sabido que "en El Enviado tenéis el mejor de los ejemplos", y la blasfemia tiene repercusiones, sobretodo entre los más fanáticos. Conclusión: Si sabe que determinadas acciones traen problemas con una comunidad distinta a la tuya ¿por qué las haces?. Con la amenaza yihadista que se cierne sobre Europa te arriesgas a lo que te arriesgas (a ser el objetivo de ataque por parte de un integrismo deseoso de cometer actos terroristas en suelo europeo) presuponiendo, porque tú lo vales, que la libertad de expresión es universal, inquebrantable y entendida por los demás como tú crees. Y no. No es así, la pluma no es más fuerte que las armas automáticas. Por muy progre o de izquierdas que seas.

Por último, al respecto de las caricaturas, los minutos de silencio, las manifestaciones, los periódicos y los cartelitos del ‪#‎JeSuisCharlie‬ ; en España esas mismas caricatura (si las autoridades judiciales lo estiman) serían DELITO (525 CP, de lectura más que recomendada), porque aquí, supuestamente, tenemos claro en las leyes que una cosa es la libertad de expresión y otra muy distinta es herir el sentimiento religioso de los creyentes. Sean o no de nuestro país.

sábado, 30 de agosto de 2014

La guerra de los niños.

Desde que el conflicto palestino-israelí se recrudeció hace ya varias semanas he estado resistiendo las ganas de escribir una entrada. Como siempre. El punto de vista que todos tenemos del histórico conflicto puede ser más o menos acertado. Más o menos real.

Hablar de la existencia de un poderosísimo lobby judío en Europa me parece una excusa lamentable por parte de determinadas corrientes ideológicas. De cara a la galería, cuando en los medios de comunicación europeos sólo se critican las actuaciones israelíes; resulta ridículo e insultante ver cómo algunos individuos hablan de un conflicto silenciado por Israel. En los informativos españoles sólo se muestran las prácticas abusivas de Israel en medio del conflicto. Ignorando o minimizando las víctimas de este mismo bando. Las explosiones de los múltiples Qassam que caen en suelo israelí. Las tácticas terroristas de Hamás… Lo único que vemos, y que nos impresiona, es una pila de cadáveres y miembros desmembrados entre cascotes de edificios. Que sean civiles o de Hamás es algo que nunca sabremos los televidentes desde este lado de la noticia, y nadie nos lo aclarará.

Podríamos pasar horas y horas discutiendo sobre quién tiene legitimidad en el conflicto y quien no la tiene. De a quién pertenece un trozo de suelo y por qué. De quién es un bárbaro opresor y quién un violento oprimido. De quién es el legítimo heredero de la Tierra Prometida y quién no… No es mi objetivo abordar un tema tan comentado como ese. Sin embargo quiero hacer una reflexión casi más importante que el conflicto en sí, y es la perpetuidad de la violencia en esa zona del mundo.
Como de padres a hijos se transmiten valores tales como el respeto, la educación, el gusto por la música, el hábito de lectura y demás. También en esos lugares se transmite una semilla que pasa de padres a hijos; un sentimiento de venganza que no tiene parangón. El odio, el resentimiento, las banas justificaciones de un conflicto entre seres humanos que sataniza a los enemigos del otro lado de la Blue Line y convierte en mártires a los combatientes del lado propio. Esa injusta guerra que siempre daña y dañará a los más débiles: los niños. El futuro del mañana.

Cuando desde la más tierna niñez un muchacho, que no supera los diez años, se ha criado con balas, violencia, bombas y muerte a su alrededor, es casi seguro que cuando crezca perpetúe el odio que le legó la generación de sus padres. De esa forma el conflicto se perpetúa. Y lo mismo que hablo de Palestina puedo hablar de regiones de Siria, Irak, Afganistán, el Líbano, Egipto, Ucrania, Congo, Colombia… La lista es interminable. No podemos cuantificar cuantos niños están siendo adoctrinados en el odio más perverso, inculcado por integristas (mayores de edad y enjuiciables en La Haya) de toda índole y credo.

                                 
(Varias niñas, vestidas conforme dictan los cánones islamistas, portan pesados AK-47 ante una bandera usada por el ISIS con la shahada "No hay más dios que Allah...". Hacen el símbolo con el dedo hacia arriba: Sólo un único dios)

Existe un papel mojado llamado Derechos del Niño. Al igual que los Derechos Humanos, son una legislación laxa cuya aplicación, en realidad, depende de los estados (no de la ONU) y de cuatro ONGs sin apenas financiación seria, por lo que la ignorancia sobre las barbaridades que suceden en el mundo es bastante grande. Como digo, tanto los Derechos del Niño como los Derechos Humanos son la gran falacia del S. XXI.
Con esto no quiero decir que los niños deban estar en una burbuja, aislados de todo lo que sucede a su alrededor (sobre todo cuando son sus padres y hermanos los que mueren en una guerra injusta). Sino más bien lo contrario; hacerles conscientes del conflicto desde una perspectiva de futuro. Es decir, desde la perspectiva de la paz. Porque un niño al que un proyectil enemigo ha matado a su madre no puedes hablarle de comprensión, de concordia, de “poner la otra mejilla”, ni de amor al prójimo. Ese chaval sólo piensa en la venganza ciega que todos sentiríamos en su situación. Pero está claro que las guerras no son eternas, y que duran lo que dura el interés de 'otros' por perpetuar el conflicto. Depende de nosotros mantener o destruir una fábrica de mártires abanderada por una espiral ininterrumpida de odio.

                                          

Dentro de los varios tipos de radicalización, la religiosa suele ser la peor de todas. Al contrario que una motivación política, o étnica, la religiosa comprende todos los ámbitos de la vida de los individuos. Tanto del adulto como del niño. Como un reguero de pólvora, todo puede saltar por los aires cuando un individuo inculca a otro que todas sus obras (buenas y malas) están amparadas y justificadas por dios. Que la recompensa divina y/o la fama póstuma le espera tras el martirio.
                   (Integrantes de Hamás colocan explosivos (¿simulados?) en el cuerpo de un niño)

Es muy sencillo hacer germinar la semilla del odio en los seres humanos. Por eso es nuestro deber apostar por la paz e inculcar este mensaje a las generaciones venideras. A los niños de todo el mundo para los que el día a día es una guerra. No porque la paz nos vaya a devolver a nuestros seres queridos, sino para evitar que la guerra, el hambre y la muerte se lleven a aquellos a los que amamos y están a nuestro lado.

domingo, 18 de agosto de 2013

La nueva sangre del Nilo

Egipto vive uno de sus peores momentos desde su independencia en 1936. Las consecutivas situaciones de violencia vividas en las siguientes dictaduras demuestran que la historia de Egipto sigue escribiéndose en sangre milenios después de la famosa época de los faraones.
En estos tres últimos años el pueblo egipcio y los acontecimientos surgidos en el norte de África han hecho tambalear su administración estatal hasta el punto de llevar al país al borde de la guerra civil.
Tras la apertura oficial a cierto sistema democrático similar al europeo, brindada por los militares, se producen unas elecciones que colocan a Mursi en el poder. Este gobierno legítimo, avalado por gran parte de la población egipcia, pone al frente del estado a los Hermanos Musulmanes (الإخوان المسلمون ) cuyas discrepancias con el destronado Mubarak no eran bien recibidas en los tiempos de su mandato.

La "Primavera Árabe" contagia a Egipto y tras la caída de Hosni Mubarak los egipcios se dividen en un mosaico de ideales tan complejos como variados. No obstante los Hermanos Musulmanes mantienen sus lineas ideológicas y es esa antigüedad, su discurso y arraigo en la sociedad lo que les garantizará la victoria posteriormente. A fin de cuentas este "partido" lleva presente en la sociedad egipcia desde antes de su real independencia, concretamente desde 1928.

Tras el descontrol surgido en el ascenso al poder de los Hermanos Musulmanes, el ejercito optó por tomar las riendas del país. La cúpula militar (fielmente ligada a los ideales de Mubarak) decidió que Egipto no se beneficiaría del estricto camino de la Sunna y decidió actuar.
Surge entonces el conflicto entre quienes ganaron unas elecciones y quienes con el tiempo perderían la posibilidad de ostentar el poder. Mursi no podía hacer frente al descontento nacional y los militares, para algunas cosas, también decidieron entonces ser parte del intranquilo pueblo egipcio. Era cuestión de tiempo que volvieran a coger el toro por los cuernos, sacrificando así un gobierno legítimo en pos de una ficción democrática. Rodeada, claro está, de violencia y opresión armada.

A día de hoy el pueblo egipcio sale a la calle para recordarle a todo el mundo que la democracia debe ser defendida a toda costa, aunque a algunos les incomode.
El Nilo vuelve a teñirse de rojo con la sangre de sus hijos. Una sangre que clama y clamará justicia de los hijos, padres y hermanos de todo Egipto.




*Foto: Un hombre es tiroteado mientras levantaba las manos en el transcurso de una manifestación. (16-8-2013)

lunes, 27 de mayo de 2013

El lobo solitario: Una amenaza real. (II)


Abordamos un tema que está últimamente candente en los medios de comunicación a escala internacional; el asunto de los llamados “lobos solitarios” (“lone wolves”).
Desconozco a priori cuándo fue la primera vez en la historia en la que se utilizó este término con estas connotaciones, pero probablemente poco tendría que ver en sus orígenes con el terrorismo yihadista tal y como lo enfocamos hoy.
Los antecedentes de este término son muy variados: desde un juego de mesa al nombre de guerra de Rambo, pasando por una película soviética de 1977 (o la española de 2004) y el nombre en clave de una operación llevada a cabo por la policía de San Diego (junto al FBI), llamada también de la misma forma.

Bien es cierto que el término se acuña finalmente en los años noventa por Alex Curtis y Tom Metzger (Metzger abogó por una actividad clandestina individual o de células pequeñas, a diferencia de las organizaciones de membresía que actúan sobre el terreno; “guerreros actúan solos o en pequeños grupos que atacaron al gobierno u otros objetivos en "actos cotidianos y anónimos'' ” - Extremismo en América . 10-12-2012).
De esta manera, un lobo solitario es una célula (llamémosla “durmiente” o “autónoma”) cuyo plan, adiestramiento y formación permanecen latentes en el individuo o en varios, coordinados en la sombra. Estos individuos ya poseen un plan para desencadenar uno o varios atentados sobre un terreno cierto en el momento en que se les comunica la orden o cuando así les place según su plan. Son por tanto entes autónomos del resto de la organización pero inspirados en los fundamentos de la misma (frecuentemente AlQaida).

[El caso más actual lo encontramos en Boston, donde una vez preguntado al entorno de los hermanos Tsarnev toda persona que fue interrogada en suelo americano contestó el clásico: “Era un vecino estupendo”, “no daba problemas”, “pagaba sus facturas a tiempo”, “no se metía en líos”, etc.
El menor de los hermanos frecuentaba el campus y sus instalaciones muy a menudo y ninguno de ellos levantaba sospechas que pudieran señalarles como integristas islámicos en ningún momento.
Esto da o debería de dar que pensar a los ciudadanos europeos. Sin ganas de levantar ampollas ni inducir al alarmismo social: ¿Recuerda ese amistoso y callado estudiante de intercambio? Posiblemente después de lo de Boston algunas personas ya no le vean de la misma forma...]

Nos asalta entonces la duda: ¿Cualquiera puede ser un terrorista?. Me inclino a pensar que sí, aunque cada vez con más dificultad. Lo que está claro es que esa vecina de 70 años de edad que da caramelos a los hijos de sus amigas no sea un integrista islámico. Pero sí es verdad que es toda una odisea para los servicios de seguridad crear un patrón de identidad de estos lobos solitarios.
Los aspectos que tienen en común es (entre otros aspectos) un profundo odio por ciertos valores occidentales, los más difundidos a escala global en películas o política internacional. Entre estos valores se encuentran los efectos del capitalismo (opulencia, obesidad, excesos de todo tipo...), algunos valores democráticos (la igualdad, la tolerancia, la libertad de opinión) y por encima de todo, el vacío moral de sus gentes, a quienes consideran enemigos por su carencia de valores o por ser incapaces de solidarizarse con un Islam que ellos presuponen está en peligro o siendo atacado.

Durante su adiestramiento (si es que se les ha dado de manera personal) se les enseña a camuflarse entre la población civil, a manejar explosivos improvisados con materiales caseros (que son los únicos a los que pueden acceder), incluso a mapear zonas y hacer planes de huida o de ataque coordinado.

El ataque de Boston fue uno de los casos donde se aprecia la inexperiencia táctica del lobo solitario. Los hermanos chechenos no colocaron los artefactos en los lugares donde más víctimas podían causar, como hubiera sido el metro, o una tribuna abarrotada de espectadores. Sino donde más impacto mediático tendría un atentado de esas características: En la linea de meta, frente a cámaras de televisión de todo el mundo. De nuevo nos encontramos que la idea fundamental era sembrar el terror, no causar un elevado número de víctimas. Igual podemos apreciar en los asesinatos cometidos por Merah (el asesino de Tolouse) quien no utilizó explosivos a pesar de disponer de ellos, sino que se limitó exclusivamente a usar armas de fuego contra objetivos concretos.

La doctrina musulmana wahabbita (de Abdul Wahab) aboga por una ideología ciertamente compleja a la vez que tradicionalista, híbrida incluso entre varias corrientes. Más concretamente, la doctrina “takfir wal-hijra” o simplemente “takfir” es la que se sigue por parte de estos individuos. Explicar esta doctrina en su totalidad nos daría para otra entrada, más larga y extensa, amén de que hay ya mucha documentación sobre ello en internet.
Podríamos resumirla en que es una doctrina del Islam más radical que permite a sus adeptos infiltrados (células durmientes) amoldarse a las costumbres de la zona en la que residan con el fin de pasar desapercibidos. Por tanto, los lobos solitarios que operen bajo esta doctrina podrán beber alcohol en público y comer cerdo con total tranquilidad; porque la causa de Dios así lo requiere, y pecar por lograr un esfuerzo de fe diviniza los esfuerzos y también los resultados.
Es por eso que estas personas vestirán nuestra misma ropa, comerán nuestra misma comida, beberán nuestro mismo vino y se amoldarán a las costumbres de los infieles occidentales con total naturalidad. Siempre por la causa de Dios.

¿Cómo defendernos de los lobos solitarios? Sin duda, la mejor herramienta de los Estados es el contraespionaje y las medidas antiterroristas. Medidas llevadas a cabo por ciertos Estados (algunas de dudosa constitucionalidad, he de añadir) como es la creación de un archivo global de sospechosos, categorizados según un rango de peligrosidad y divididos a su vez por su grado de inminencia en el ataque (si poseen entrenamiento, si han visitado determinados países, si su entorno es de cierta corriente del Islam, etc.).
Controlar la actividad en las mezquitas, otros centros de culto y de afluencia musulmana también es una práctica que se lleva realizando bastante tiempo con objeto de controlar las corrientes más radicales; se piensa que controlando el lugar donde suelen reunirse o (supuestamente) adoctrinarse estos integristas, se les controla más fácilmente. Sin embargo la experiencia ha hecho que se reconducido el esfuerzo de las naciones occidentales a controlar un ámbito más privado del individuo, donde no tiene que dar cuentas de una personalidad prefabricada para su misión: Internet.
Se controlan determinados foros, vídeos, se marcan palabras concretas en determinadas websites, etc. El esfuerzo es titánico y la doctrina estatal de seguridad exuda paranoia ante el inminente riesgo de que cualquier hijo de vecino pueda ser un integrista islámico dispuesto a desencadenar actos terribles en nombre de la fe.

martes, 21 de mayo de 2013

¿Cómo se forma un terrorista islámico? (I)


Hace unos meses asistí a una "maratón" de conferencias en una prestigiosa Universidad de la Comunidad Valenciana. Me ocuparía más lineas de las necesarias explicar y detallar todas las experiencias que traje del Levante. Sin embargo creo que me gustaría compartir parte de mis notas extraídas de aquellas conferencias a raíz de los pasados atentados de Boston. Atentado que da para una o dos entradas más a raíz de la presente.
Aunque suene escabroso, el terrorismo yihadista es un tema que está a la orden del día. Es por ese y por otros motivos por lo que debería interesarnos a todos en mayor o menor medida; para comprender qué se cuece (y cómo se cuece) en la mente de un ser humano para que a penas en un corto periodo de tiempo ponga su vida y sus esfuerzos a merced de personas que, sin ningún escrúpulo, la utilizan para cometer actos infames y horribles.
Esta entrada, como ya dije, pertenece a unas notas tomadas en medio de las conferencias, al pié del cañón, y su finalidad es puramente formativa.
Espero que les interese al tiempo que pido disculpas si he cometido algún error en la transcripción de mi propia letra.

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El proceso de selección y formación del terrorista islámico.

El terrorismo islámico es un tipo de terrorismo vinculado a las ideas religiosas provenientes del Islam; una de las religiones más multitudinarias y con más adeptos en todo el mundo.
 La mala interpretación de los textos religiosos da lugar a un tipo de terrorismo cuya peligrosidad puede asimilarse al de las redes de narcotráfico o al activismo político más violento y lesivo.
No hay que olvidar que el aumento exponencial de este terrorismo proviene de la internacionalización del los conflictos gestados en el mundo árabe. En estos conflictos no sólo se atenta contra los estados o sus intereses (Israel, EEUU, Unión Europea), sino contra personas o habitantes de los propios países musulmanes.
Tras el 11 de septiembre las potencias occidentales se han sentido amenazadas por un tipo de terrorismo que antes conocían, pero que no les afectaba directamente. Un tipo de terrorismo que no necesita grandes ejércitos ni de cuantiosos medios para realizar acciones contundentes, sino que, como se ha podido demostrar tras la experiencia, no precisa más que una férrea voluntad y unas pocas cuevas en las montañas de Afganistán.

El proceso de selección de y la formación de terroristas vinculados con ideologías religiosas no es algo sencillo o que no merezca estudio por nuestra parte. Como sucede en las grandes empresas, el empleado debe pasar una criba y un proceso de formación antes de integrar una familia. En el caso de la empresa privada, las empresas de formación y selección de personal juegan un papel importante. Sin embargo, en los grupos terroristas, esta selección reúne requisitos similares al proceso mercantil. 
Cuando la sociedad occidental piensa en un terrorista islámico, le viene a la mente el rostro barbudo de un Osama Bin Laden, entre otros ideólogos de la yihad. Pero no siempre es así en la realidad.
Los grupos terroristas juegan en un terreno arriesgado. Conforme pasan los años hay más gobiernos sensibilizados con la problemática del terrorismo y ya no resulta tan fácil como antes ocultarse entre la población o buscar cobijo en el seno de un Estado. La apariencia, los modos de ejecución y la forma de interaccionar entre ellos y la sociedad es algo primordial. 

El primer aspecto del reclutamiento es la localidad que rodea al aspirante; centros de culto, madrasas, hospicios, universidades, etc. Cualquier lugar es bueno para encontrar a los candidatos idóneos.

Estos futuros terroristas en potencia deben cumplir un perfil determinado para pasar la primera criba. Deben tener alguna circunstancia personal problemática, desviada incluso. Algo que les empuje a odiar el orden socialmente establecido o a estar incompletos como persona.

Suelen reclutarse individuos autóctonos de poblaciones vecinas a la del reclutador. Esto asegura que el sujeto a reclutar no acarree riesgos para la organización, por ejemplo, tratándose de un infiltrado. Cada vez se sospecha más de los desconocidos. Es por eso que el reclutamiento suele ir dirigido a la familia, padres, hermanos o conocidos de alguna localidad cercana a otro miembro de la organización.


Durante la ponencia se mencionó el caso de un disminuido psíquico con carencias afectivas. Pero hay casos en los que este “filón” de extremistas no es tan evidente o es enormemente complejo de analizar. En ocasiones basta con reclutar a algún familiar de una de tantas víctimas de un conflicto, aprovechando su odio y su desesperación (Hamás, Alqaida o Hizbullah).
Tras la identidad de cada terrorista suele haber casi siempre una tragedia personal. Estas tragedias se aprovechan y se acentúa el integrismo basado en aquellos problemas derivados de la discriminación, política o crisis personales.

Otro aspecto es la exacerbación de las ideas religiosas. El buen musulmán tiene obligación de combatir en la yihad. Sin embargo, doctrinas como el sufismo atribuyen a esta yihad un carácter espiritual que se materializa y fundamenta en la lucha contra el pecado, contra satanás y sus conjuras. En un Islam moderado no se dirá nada de tomar las armas contra otras personas sean o no musulmanes. Limitando el “esfuerzo” a una esfera íntima, familiar, e incluso cotidiana en forma de ideas de superación. De esta manera, la forma de combatir la herejía, la apostasía y el pecado es no asociarse con los “desviados de la fe” ( (...)¡No toméis como amigos a los enemigos Míos y vuestros, dándoles muestras de afecto... [60:1]) sin necesidad de llegar a las manos.


En esta fase previa a la iniciación podemos encontrar también una debilidad religiosa; dudas acerca del Islam o un sentimiento religioso mal enfocado y carente de sentido para el creyente. La captación a través de un vacío existencial que puede acompañar a una crisis de fe es un recurso muy valorado por los miembros de una organización terrorista o delictiva.

Una vez se le ha identificado como un miembro potencial de la estructura terrorista, se encamina a una fase de aislamiento social. Se le separa de su familia, amigos o cualquier otra persona que pueda interferir en su adoctrinamiento. En ocasiones se les incita a pensar que sus propias familias sirven a los intereses del imperialismo a causa de su ignorancia. Una vez más la religión cumple su papel de revelar la verdad, aunque sea una verdad distorsionada y belicista. 

No es extraño encontrar entre estos adeptos personas capaces de recitar de memoria shuras completas del Quran sin el más mínimo error.
Cuando se garantiza este aislamiento y adoctrinamiento, se llega a la fase de adiestramiento, lo más cómodo hasta la fecha había sido destinar al aspirante a otro país donde sería entrenado según sus habilidades o las necesidades de la organización. Sin embargo cada vez es más difícil de llevar a cabo este continuo movimiento de personas sin levantar sospechas de los Estados y los servicios de seguridad internacionales.

Una vez allí, el aspirante a terrorista aprende a fabricar y manejar armas, cortas y largas, y explosivos fundamentalmente (de ahí el alto riesgo, el alarmismo y la paranoia que se genera en algunos países la entrada de estos individuos). También se le adiestra sobre el uso de los foros y otros medios de información desde donde mantenerse conectado con la red a la que pertenece. Se le da la posibilidad de adoptar un nombre de guerra, rompiendo así con su pasado, renaciendo como un nuevo y buen musulmán, como un guerrero de una lucha sagrada.
En otros casos este adiestramiento sólo se limita al uso de armas y explosivos, prescindiendo del manejo de las tecnologías. Ya que como sabemos, no todos los miembros de AlQaida están interconectados entre sí, sino que dependen unos de otros de manera particularmente jerárquica. De esta forma se evita que se desvele la fuente (y la "cadena de mando") si uno de ellos es capturado.
Por último, como fase final al adiestramiento, se produce el atentado en una de tantas formas imaginables.

Este proceso fue mostrado en detalle por uno de los ponentes.
En primer lugar habló de las motivaciones del individuo. El deseo de matar convergía en tres motivaciones: Psicológicas, personales o políticas. De estas tres se atendía a otras motivaciones más elaboradas desligadas de las principales: Religiosas, nacionalistas y sociológicas.
Una vez aprovechados estos “recursos” personales del sujeto, se atendía a una fase emotivacional. En ella el captador le planteaban al sujeto varias cuestiones atendiendo a una o varias motivaciones iniciales. 

Ejemplo: 

Motivaciones religiosas¿Está el Islam en peligro?/¿Eres un buen musulmán?
Mot. políticas  → ¿Es justo que la sociedad tolere esta situación?
Mot. nacionalistas → ¿Quieres seguir siendo un sirviente de los rusos/americanos/ingleses/judíos...?

Se produce entonces el reclutamiento, que viene a ser un compromiso con la organización. Quienes a ojos del adepto, son hermanos unidos para combatir una causa justa. 
Se produce entonces la fase institucional. En ella se adiestra al aspirante en el uso de armamento y aquellas tácticas que la organización crea convenientes según su finalidad. 
El atentado suicida es el hecho que pone fin y culmina este proceso. 



martes, 2 de abril de 2013

Mujahidines, fedayines, talibanes, Hamás, Fatah y hizbollah


Durante las sucesivas jornadas de telediario se han mencionado términos que a priori pueden inducir a error cuando nos referimos al conflicto arabe-israelí. Esta entrada viene, en parte, a esclarecer de alguna forma esas fronteras oscuras del conflicto.
No pocos estudiantes desconocen la diferencia que existe entre Hamas, Hizbullah y (al)Fattah. Lejos de ser lo mismo, sí es cierto que guardan ciertas relaciones doctrinales o ideológicas. Por ejemplo, el odio hacia Israel.
Igual pasa con el término “muyahidín”, “fedayín” y “talibán”.
Trataré de diferenciar estos términos que por desgracia suelen ser confundidos frecuentemente en los medios de comunicación.

El concepto “muyahidín” hace referencia a guerrero santo. El musulmán que libra la yihad contra los infieles a través de un esfuerzo, sacrificio prescrito por la fe islámica en algunas de sus corrientes (Guerra de Afganistán de la década de los ochenta). El combate se fundamenta en la fe.
El “fedayín”, sin embargo, es la versión laica del guerrero santo. Se puede traducir como “miliciano” o “combatiente”. En definitiva es toda persona que se adhiere a una causa política o social y que lucha por ella. Independientemente de la religión.
El término “talibán” es mucho más reciente que los otros dos. Su denominación proviene del Afganistán posterior a la invasión soviética de los años ochenta. El término en sí significa “estudiante”, y en sus orígenes los talibanes eran eso; estudiantes del Corán. La situación social afgana de la postguerra y los sucesivos vacíos de poder fueron un caldo de cultivo para la expansión del movimiento talibán. Quienes usaron su conocimiento coránico como una doctrina política a la vez que religiosa. No tienen nada que ver con Oriente Medio.


Fatah fue un movimiento marxista secular creado a finales de la década de los cincuenta por Yassir Arafat, entre otros. Su nombre es un acrónimo en árabe que responde a: Movimiento Nacional de Liberación de Palestina. Se instala en la Franja de Gaza a principios de los sesenta, donde tras la Guerra de los Seis Días comienza un periodo de luchas internas que terminan con el traslado de su base de operaciones a Jordania.


Actualmente es un grupo activo en Cisjordania. Este poder se materializa mediante el control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de la zona así como de numerosas milicias de fedayines. Fatah es enemigo político de Hamás y de su gestión estatal (más yihadista). Pertenecen a las ideologías desligadas de la Internacional, que secunda la idea de un estado laico. Frente a Hamás que busca un estado islámico.

Hamás comienza siendo una organización religiosa (sunní) de resistencia en favor del pueblo palestino. Fundada por el tetraplégico Yasín Ahmed, su ideólogo. Hamás responde a un acrónimo: Movimiento de Resistencia Islámico.
La finalidad en sus orígenes no era sólo combatir a Israel, sino procurar ayuda humanitaria, auxilio y educación al pueblo palestino. Hasta que cambió su postura hacia una posición más nacionalista, incluso yihadista, desvinculándose de otros grupos anteriores.
A pesar de esto, Hamás siempre gozó de prestigio entre la sociedad palestina, quien la avaló como fuerza política a pesar de su ideología yihadista. Hamás incluso llegó a ganar las elecciones al parlamento palestino en 2006 con Ismael Haniye a la cabeza.
Sus conflictos políticos con Fatah llevaron a Hamás a ocupar Gaza y ceder el control de Cisjordania a Fatah.
Yasín fue arrestado y hecho prisionero por Israel. Este hecho hizo que sus discípulos comenzaran a expandirse por toda la franja de Gaza, donde acabaron ostentando el control de las madrasas, clínicas y otros comercios desde los que reunían fondos para la lucha, incluso fuera de las fronteras de Palestina. Países como Siria o Arabia Saudí financiaron a esta organización.
Con la vuelta de Yasín y otros colaboradores liberados por Israel, se redactó en agosto de 1988 un manifiesto donde se le daba a Hamás un carácter oficial. Una vez proclamado el Movimiento de Resistencia Islámico se vincula ideológicamente con los Hermanos Musulmanes (Egipto 1928), y hasta 1991 no estructura un verdadero brazo armado independiente: las Brigadas de Izzedim alKassam.
Mientras el ejercicio político y humanitario trataba de expandirse por Gaza, estas brigadas apenas consiguen realizar una docena de acciones hasta que comienzan a vincularse con Hizbullah, quien le suple de entrenamiento y medios más sofisticados con los que llevar a cabo sus acciones.
Entre estos conocimientos, se les desvela el potencial táctico y religioso del “shahid”, suicida.
Los hombres bomba de Hamás perpetrarían decenas de atentados en suelo israelí después de 1994. Toda una guerra abierta en la que Fatah, con un camino más político, no sabía donde posicionarse.

Hizbollah sin embargo procede del Líbano (1982). Es un partido político que en sus  orígenes estuvo formada por miembros de creencias muy diferentes a finales de la década de los setenta. Sufrió una evolución que hizo al “Partido de Allah” un ente más bélico y homogéneo en cuanto a ideología (chií) aunque entre sus simpatizantes (por múltiples razones) se encuentran drusos, alawitas, sunnitas e incluso cristianos.

Actualmente está liderada por Hassan Nasrallah sucesor de Abbas al-Musawi, asesinado en un ataque israelí en febrero de 1992. Nasrallah sigue haciendo frente a Israel en las zonas libanesas consideradas de “ocupación”.
Aprovechando la hola de la Revolución Islámica, Hizbollah se conforma como movimiento adhiriéndose a una rama conservadora del chiismo materializada en la doctrina del Irán de los Ayatollah.
Hizbollah ha llegado a conformar gobierno en el Líbano después de la guerra civil. Algunos países no han etiquetado a este partido como banda terrorista y les reconocen como fuerza de resistencia. La Unión Europea, Israel y EEUU no están entre estos últimos.
Su finalidad es la reconstrucción del Líbano, objetivo secundado por Irán, que apoya económicamente algunas de las campañas de Hizbollah.



lunes, 14 de enero de 2013

Un falso asesinato en Somalia, yihadismo, la guerra de Mali y el tufo a coltán


La historia a veces nos muestra que las casualidades no existen. Sin embargo, cuando estas se producen suelen ser provocadas por las potencias internacionales, que como buena empresa buscan obtener beneficios, independientemente del coste humano y del plazo al que pongan sus inversiones.

Volvemos a nombrar a Mali, días después de la entrada anterior (http://meinmuro.blogspot.com.es/2013/01/el-afganistan-africano.html) que tras cuatro jornadas de guerra ya nos muestra la trayectoria que van a tomar los acontecimientos.

En primer lugar el conflicto de Mali coincidió con una operación de rescate para liberar a su tan ansiado rehén en Somalía desde hacía tres años y cuyo rescate fue infructuoso debido, entre otros asuntos, a la “publicidad” con la que el comando de rescate se adentró en la zona hostil. A tiro limpio al amanecer.
Las últimas investigaciones nos dicen que es posible que el rehén haya muerto, pero que uno de los dos rescatadores siga con vida. Hecho que es milagroso en un secuestro como este. Sin embargo, aunque nos pueda parecer extraño, al-shabbaabb ha tocado un filón con este personaje que parece ser más rentable vivo que muerto, a su entender.
Denis Allex forma (o formaba) parte de un operativo de Inteligencia. Está claro que el Gobierno Francés hará lo que esté en su mano para recuperar a su muchacho ahora que todo el mundo está mirando. La información que le han sacado a golpes es de vital importancia para los yihadistas; pues supone datos sobre un enemigo que no va a tardar en combatirles.
En otras circunstancias menos publicitadas al operativo (agente) se le suele abandonar a su suerte, así es la “política de empresa” del gremio del espionaje. Es extraño que de un modo u otro siga vivo, demasiado extraño.

Me sigue oliendo mal que el gobierno francés confirme una muerte ante los medios de comunicación sin que ésta se produzca realmente. Esto me hace sospechar que el comando de liberación no tenía entre sus propósitos el de rescatar a nadie. Entrar a tiros, dos soldados muertos, el anuncio de la entrada del comando a 3Km de la zona del intercambio, no sé si me explico...
Es demasiado increíble y extraño que se produzcan esa serie de catastróficos fiascos durante una operación de esa magnitud. Los franceses no suelen ser tan chapuceros con esas cosas, algunos lo sabemos de sobra.

Pero volviendo al tema de Mali. El yihadismo está sufriendo una revolución a escala mundial. Parece ser que el número de adeptos a los diferentes tipos de Islam radical están en aumento. De hecho, no paran de meternos miedo con el asunto por múltiples vías.
Tal vez el riesgo justifique las medidas, tal vez no. Pero me gustaría saber una cosa: ¿Dónde están las armas de los arsenales de Gadafi?
Después de la guerra de Libia cesaron el bloqueo internacional y el control sobre las fronteras; los vencedores habían hecho historia. La atención se desplazaba de las armas a la política, craso error.
No hay nada mejor para un grupo yihadista que un mercado abarrotado de armas baratas, armas cuya existencia se desconoce debido al poco o nulo control que hay sobre las mismas.

Resumiendo: los arsenales del señor Gadafi han abastecido con creces el ansia armamentística de los ejércitos de Allah, particularmente los del sur de Sudán y del oeste del Congo.
La OTAN y la ONU tuvieron en su mano la potestad de acabar con este tráfico ilegal de armas que fluía como un río por todo el centro de África. Sin embargo, fíjense ustedes qué casualidad; a estos mismos organismos internacionales se les “escapó” este ligero detalle. Los arsenales eran vaciados mientras todos estábamos atentos a las políticas pseudodemocráticas de los “hermanos musulmanes”.

        (Milicias en Mali)
                                                       
Una sola muerte puede justificar medidas bélicas alimentadas por la paranoia de un pueblo, en este caso, el francés, muy fácil de acojonar cuando hay negritos en la ecuación. Su agente de Inteligencia está causando demasiada incomodidad al gobierno de Hollande permaneciendo aún en manos del enemigo. Ya se le dará solución al problema tarde o temprano.

Las medidas antiterroristas ya están siendo desplegadas desde hace tres o cuatro días. Pero no son nada comparado con lo que está por venir después de que se produzca el primer atentado yihadista en suelo francés (que ojalá me equivoque).
Desde Mali ya han avisado: “Francia ha atacado al Islam, nosotros atacaremos el corazón de Francia”. Y es que Abu Dardar tiene claro que la escala de ataques comprende progresivamente Bamako, África, Francia y Europa. En ese orden.
Los ciudadanos europeos sólo tenemos una salida: Refugiar nuestros derechos más íntimos a los gestores gubernamentales para que nos salven del “terrorista” y del “moro malo”. Pedir auxilio a un estado que nos garantice la salvación de nuestras vidas.
De producirse dicha "salvación" se activará un protocolo propio del “Gran Hermano” de Orwell y su 1984. Todavía más restrictivo con la población de como es hoy, y también con sus derechos más íntimos.
 Nos van a vender la guerra en Mali como un proceso de liberación, de pacificación, de expansión de los Derechos Humanos, de "rescate". Al igual que el Señor Bush hizo con Iraq hace ya casi una década. El mismo cuento de siempre, el mismo cuento que justifica las guerras...
 Pero nos venderán la moto diciendo que no tenemos nada que temer, que todo está controlado. Que los rehenes volverán a casa, y si no vuelven, habrá que "vengarles", habrá que hacer justicia y mantenerse fuertes. Esa es la arenga política llena de mentiras que tanto nos regala el oído a los europeos cuando nos acojonamos (o nos acojonan) por el terrorismo.

Me gustaría ser positivo, pero me inclino a avalar la teoría de la conspiración en este caso dado el trascurso los acontecimientos. España, como no podría ser de otra manera, no sólo no condena la guerra, sino que además continúa con sus actividades en Mali, encaminadas al adiestramiento de policías y militares leales al gobierno (si es que podemos considerar su ejército como un conjunto de regulares).
Todo apesta a coltán y a una serie de artimañas políticas de igual hedor que podríamos resumir en los siguientes puntos:

a) Se pretende obtener recursos mineros en Mali por determinadas vías. Entre las que se encuentra el pactismo económico con países como el Congo y el frágil gobierno de Mali. Países que seguramente secundarán la invasión. Aportando tropas y medios.
b) Con la excusa del terrorismo yihadista, se busca aumentar el control sobre la población civil francesa (y sus comunicaciones).
c) Provocar el islamismo radical en zonas de África para combatirlo más dura y contundentemente. O esta sería la excusa.
d) Tolerar el contrabando de armas libio como medio de abastecimiento del creciente número de terroristas que hay que combatir. Los arsenales de su ejecutado.
e) Desalentar (o avisar) a Siria de cara a una posible intervención militar de la OTAN en su territorio. Ojo que "esto" es lo que puede pasar.

No sé cuánto hay de verdad en estos apartados, pero la verdad es que es para pensárselo seriamente cuando ves a los medios de comunicación dando una noticia en la que han “reciclado” imágenes de otros países para venderlas como si fuesen Mali. Yo mientras, estupefacto, mentando a la madre del ideólogo de ese reportaje.
Es para pensárselo seriamente...

sábado, 12 de enero de 2013

Sahel: el Afganistán africano


Poco se ha publicado en los medios sobre el Sahel ("SaJel", con "J" de "Sahara"), aunque ahora espero que le prestemos algo más de atención con la que está al caer.
Si algo está claro es que el Sahel es el caldo de cultivo perfecto para el afloramiento y arraigo de grupos terroristas; ese enemigo al que las potencias occidentales declararon la guerra después de 2001. Cuando ya nos la tenían jurada por causas que no suelen detallar los informativos del medio día.

La pobreza en esos países está ciertamente desatendida pese a la constante ayuda humanitaria mal gestionada. Esa zona concreta de África ha estado envuelta en docenas de conflictos durante las últimas décadas, incluyendo guerras civiles y desastres humanitarios de cuyo estudio se encarga actualmente un determinado número de organismos europeos. La Justicia europea, al menos, parece estar haciendo bien su trabajo.

La inestabilidad política de determinados países del Sahel acepta o tolera la presencia de grupos yihadistas en algunas zonas concretas, lo cual empeora aun más la situación de inestabilidad interna. Ni decir tiene lo que esto supone para la población civil.
El control de las fronteras en países como Mali es prácticamente inexistente. Sin contar la corrupción política y la descordinación de las fuerzas del órden. Por este motivo se ha constatado la entrada y salida de milicias de todos los colores e ideologías sin que ningún tipo de autoridad pudiese hacer nada para evitarlo.
Los escasos esfuerzos del ejercito nacional y las sucesivas coaliciones africanas poco o nada pueden hacer debido a la amplia extensión de terreno que deben cubrir en jeep. Si hay suerte y hay 4x4 en el "cuartelillo". Sin contar con lo escurridizos que pueden ser estos grupos. Esto hace que las patruyas y los combates sean más difíciles de lo que pueda parecer. Cuando estos se suceden, suelen estar potivados por que alguien trata de cruzar la frontera con determinadas mercancías peligrosas para la seguridad colectiva. Dar el alto a algún grupo sospechoso y armado supone una odisea puesto que allí, como aquí, ningún ciudadano quiere morir en vano por una causa que se sabe, está más que perdida.

Todos estos datos pasarían desapercibidos para nosotros, civiles europeos de camisas limpias, que poco nos importan estos asuntos hasta que muere (o es secuestrado) algún paisano o cooperante nuestro. Entonces es cuando comenzamos a preocuparnos por el asunto; cuando vemos las orejas al lobo.
Así de humanitarios somos en casa.

Parece que no nos hemos percatado de que hasta la década de los 60 algunos de estos países no obtuvieron su independencia total, tras un periodo largo y sangriento de descolonización.
Pensando fríamente, también es verdad que han tenido tiempo de sobra para procurar su estabilización, seamos serios. Pero como siempre pasa, la lucha por el poder político supone un impedimento al desarrollo. Aquí y en la conchinchina.
En los tiempos de las colonias la metropoli de turno era Francia, para variar. Tal vez no la Francia de Hollande, pero sí una Francia más imperialista que la que nos toca vivir hoy día, ocupada en expoliar unos recursos más que apetecibles para las economías y mercados europeos.
Era lógico que esos ricos países supusiesen un objetivo económico previo al gas y al oro negro, de ahí el problema del que adolece gran parte de África. Pero no se lo tengamos en cuenta, por favor, seamos magnánimos con los gabachos. Al fin y al cabo a día de hoy están pagando nuestros excesos económicos...

Punto y a parte, en Somalía, país considerado por la doctrina como un "estado fallido", las cosas son bien distintas. Los secuestros y la piratería de Al-Shabbaabb al-Muyahidín ("la juventud muyahidín") están a la orden del día, aunque llevan bastantes años pasando desapercibidos a pesar de su creciente número. De hecho, sin "Black Hawk derribado", el Alakrana y otros casos análogos, tampoco nos hubiera importado mucho el Cuerno de África a los "demócratas" españoles, tan comprometidos con el Tercer Mundo como decimos ser.
En este país, he de aclarar, te matan por unas zapatillas o por una gallina que no esté en los huesos. Todo sea dicho, en palabras de un pirata secuestrador: "Aquí no hay enfermos, los tiramos al mar".
Su organización social es un sistema puramente tribal donde los ancianos ostentan el poder decisorio al tiempo que, como religión, se versiona un Islam a convenir por la localidad, con tendencia a radicalizarse contra el extranjero. Un Islam que nada tiene que ver con los chiíes y suníes a los que estamos acostumbrados, sino más bien un Islam más local, influenciado por el fanatismo que viene del norte. Allí, queridos lectores, es donde nuestros atuneros echan las redes y nuestros marineros se juegan la vida.

Pero volviendo al Sahel ¿qué demonios se nos ha perdido allí? A nosotros, obviamente nada. A los franceses, su poder colonial y un buen puñado de coltán, claro está.
La excusa, como siempre, es llevar la paz y la estabilidad a unos países donde la mano de obra y los recursos son, como he dicho antes, un goloso caramelo. Pero seamos crédulos y pensemos que la buena fe internacional empuja a los estados europeos a estabilizar zonas conflictivas como esa, vale. ¿Por qué no se crea entonces un comisionado en el Consejo de Seguridad que avale una misión conjunta entre la UNESCO y la OTAN? ¿Por qué tienen que ser los estados los que particularmente opten si ayudan al Sahel o no? ¿Es esa la voluntad de "estabilizar"?

A tenor del infructuoso rescate, o mejor, del "intento de rescate" de las últimas 24 horas, creo que está todo muy claro para el que lo sepa ver:
Una operación de tal magnitud llevada a cabo por la élite militar francesa después de tres largos años de secuestro (que se dice pronto). Un despliegue de medios que supera ampliamente la capacidad logística y de fuego de los harapientos somalíes. La posibilidad de pactar el pago del secuestro y luego arrasar con todo (cosa que ya hicieron anteriormente en otro rescate). El permiso firmado de los altos mandos europeos que avalan cualquier intervención rápida de rescate. Un servicio secreto más que eficiente... ¿Y aún así fallan el maldito rescate? Yo, señores míos, no me lo trago.

En Francia, por ende, aumenta la alerta antiterrorista dentro y fuera de su territorio. Incluyendo sus embajadas en países de África y Oriente Medio. Países donde los intereses "occidentales" son vulnerables al ataque coordinado de organizaciones yihadistas internacionales, cuyo nombre no diré aquí, por si acaso.

En fin, viendo cómo esta operación apesta a mentira, parece ser que hace falta sacrificar a 2 soldados (sin contar con el secuestrado, cuyo cadaver aún no se ha mostrado a los medios como suele hacerse), para justificar una intervención militar en Mali, corazón del Sahel, desde donde organizar la "reestructuración" prometida. Deberían preguntar a los americanos, que de eso saben bastante. Aunque supongo que aquí hacemos las cosas mejor y no soltamos el clásico royo de que vamos a ir a "democratizar" otros pueblos. Que ya sería lo último.
No hay duda de que comienza otra guerra en la que Europa se verá involucrada, lo quiera o no, por la voluntad de un puñado de políticos ineptos que no saben ni sujetar un fusil ni les importan los pobres negritos del Sahel, por los que varios de nuestros soldados van a perder sus vidas.

lunes, 7 de enero de 2013

El lado más humano de la maldad.


Tras mucho meditarlo he llegado a la conclusión de que, lejos de justificar nada, Heichmann no era sino un ser humano cualquiera. Un ser humano tanto como cualquier otro.
Su ejecución no tardaría en motivar un experimento de psicología social (de la mano de Stanley Milgram y su "maquinita de las descargas", personaje y experimento que sugiero investigar) que concluyó en que la maldad humana existe, y además desde tiempos inmemoriales, que el ser humano justifica su mala conducta y su sadismo con la subyugación que le exime de la responsabilidad de sus propios actos. Cualquiera de nosotros podría ser un nazi convencido de su aria misión, por mucho que les sorprenda.
En palabras de Eduard Punset: “El secreto para entregarse a la crueldad es desprenderse de la responsabilidad: libres del sentido de culpa, aparece el lado más oscuro de la naturaleza humana”

¿Qué pasa cuando el Poder nos justifica para asesinar, violar y esquilmar a los débiles? ¿Qué pasa cuando la responsabilidad de estos autores desaparece, cuando la conciencia es acallada con la falsa idea de estar obligado a ello?

Se produce entonces la ley pendular de la Naturaleza, en la que las víctimas pasan a ser verdugos a causa de su propia naturaleza humana, a causa de su íntimo resentimiento (personal y biológico).

Las elites que han ocupado el Poder tienen la maldición de perderlo y de perecer ante quienes lo ocupan posteriormente, ante los antiguos “subyugados”.
Cronológicamente le ha sucedido a la Iglesia Católica, a los monarcas europeos, a los burgueses y ahora, en el caso de España, a la masculinidad. Con más o con menos razón.
Todos los que han gozado de una posición de poder y pierden este “puesto”, acaban siendo arrastrados a los pies de los caballos por aquellos a los que han dominado.

El feminismo radical viene a ser a la masculinidad lo mismo que la Revolución Francesa de 1789 vino a ser para la monarquía gala. De igual modo que después sería la Revolución Bolchevique para la monarquía rusa y en esa misma línea, lo mismo que sucedió en la Hispania visigoda cuando aquellos exaltados musulmanes fueron conscientes de la debilidad de aquellos que antaño derrotaron a Roma.
El problema radica sin duda en la concepción personal y popular de la imagen de “enemigo”; si nadie hubiese considerado a la realeza (gala, rusa o visigoda) como responsable de las desgracias de su pueblo, éste nunca se hubiese revelado o actuado contra ella.

Es por eso que determinados mandatarios se afanan en mostrar su cara limpia ante los medios: es más fácil combatir un mal demonizado que un mal carismático. Eso lo sabemos desde la antigüedad.
En este caso, se ha considerado a la masculinidad como el responsable directo de la opresión femenina (supuestamente histórica). Un cuento que debió haber visto su fin en 1978, con nuestra nueva y flamante Constitución. Pero por desgracia esto no fue así; Según el feminismo actual, el patriarcado sigue oprimiendo a la feminidad en su conjunto, y es en el seno de nuestro sistema democrático donde esta y otras falacias tienen cabida bajo la irrebatible justificación de la libertad de expresión, que abarca todo tipo de ideas disparatadas que, por ley, han de ser respetadas.

Es en el seno de unos derechos civiles donde prácticamente todo tipo de lucha está justificada si el objetivo es tan loable que justifica los medios necesarios para alcanzarlo.

Cuando al pueblo español se le otorgan derechos, históricamente, tiende a abusar del sistema. Es un hecho va implícito en nuestra moral hispánica. Esto es así porque hemos permanecido demasiado tiempo subyugados a la voluntad del Poder. Es ahora cuando tenemos la posibilidad de ostentarlo ¡y qué casualidad! Lejos de hacer un uso responsable de nuestro poder, arremetemos contra los viejos señoríos y los falsos ídolos con los que nos educaron. ¿Es por tanto loable este mal llamado “progreso”? Rotundamente no.

Nuestro renacer es nuestra condena, personal y social. Es destino de un pueblo el ser libre pero con determinados límites; no se puede alcanzar la libertad ni la justicia mediante la destrucción de los viejos
enemigos. En eso se basa el sentido común y el sentido de la justicia. No podemos perseguir a quienes nos persiguieron porque si no sólo estamos cambiando la marioneta que se sienta en el sillón y porta el cetro.
Mantener un estado bélico perpetuo en el alma humana sólo nos empuja a sustituir al “disidente” por otra persona que interese perseguir, sólo para aplacar nuestro propio miedo a ser perseguidos. Eso, señores míos, no es avanzar, es justificar una matanza injustificable, es justificar una persecución, una cruzada que tiene por bandera retraerse hasta el punto de buscar una motivación vital que sólo acapara odio y destrucción a su paso. Odio para combatir el miedo, procurando estar siempre por encima incluso de la llamada “causa justa”.
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"De todas las Guerras Santas, Cruzadas y actos infames justificados a lo largo de la historia que he podido percibir, no he visto la verdadera presencia de ningún dios, sino la maldad y el resentimiento del ser humano."