domingo, 28 de agosto de 2011

Cuando atardece para el hombre

"Por resistir, sin saber por que´, por caminar sin saber hacia donde, por claudicar sin entender el como. El dilema no es vivir, sino el quehacer y como hacerlo hasta que todo acaba..."

Hoy el sol se pone sobre las mas altas montañas, es algo natural. Lo que un día fue prospero, colmado de futuro, claro, brillante, nítido, hoy es la mas fría y cruda noche de todas. Una noche sin luna y en la que se oyen los ruidos mas extraños que alguien puede imaginar, se huele el miedo, se palpa la desaparición.

Ya atardeció hace tiempo... y cuando uno es consciente de su realidad esta inmerso en la oscuridad, sin saber que hacer ni donde ir. Pero ya veo los primeros claros de sol de la mañana. Pronto volverá la luz, volverán los cantos de los pájaros diurnos a sustituir el ruido de las bestias que afilan sus colmillos deseando merendarme. Solo, siempre solo, sin un guia que me diga donde ir o que hacer, teniendo fe en el dios mas antiguo del hombre.

Ahora que no hay nadie, ahora que puedo andar solo sin arrastrar ni ser arrastrado por un cadáver, puedo pensar, puedo reflexionar. Porque tanto el recuerdo de una mala noche como de un claro día se pasan volando, se quedan ahí, en mi memoria, donde estas tu y donde debes estar.

"No luches, acepta lo que hay". ¿Se puede ser mas estoico? ¿Se puede ser mas valiente? ¿Se puede ser mas realista?. Que todos remen río abajo no quiere decir que ese sea el camino.

Y tus equivocaciones las pagaras en sangre y en lágrimas. Alejada en cada sueño, en cada instante de tus recuerdos, a una isla rocosa, semidesierta y hostil. En la que tus mentiras y tu pericia sólo pueden prepararte para intentar salir a nado, o flotando sobre mentiras autofabricadas para poder soportar los oleajes y todas esas noches sin dormir...
Conciencia, resentimiento, recuerdos, buenos recuerdos, ignorancia, incertidumbre, miedo.

Derramaras sangre que sera cobrada por quien quiera cobrársela, no por mi, no. No soy tan pobre de espíritu como para sostener sobre mis hombros, sobre mi fe o dentro de mi cáliz de tolerancia, la sangre de las putas y los liberales, de los revolucionarios sin alma ni sueños, y de los charlatanes mas banales que creen que el habito hace al monje... o que la sonrisa hace a una dama. Las tareas divinas no me competen.

Y todos los ríos volverán a su cauce porque me acompaña el dios mas antiguo de los hombres. Porque si tú te has ido, quédate con todo lo que te has apropiado. El calor en la noche me lo dará quien sea digno de ello y no tú, y no quien tú quieras.

Porque las victorias y los honores son los que pagan el caro precio del amor, y siempre habrá alguien dispuesto a pujar hasta arruinarse, dispuesta a gastar las cartas que sean necesarias hasta ganar.

Hoy atardece otra vez, y ya esta haciendo frío. No veo luna llena que ilumine mis pasos, ni estrellas por las que pueda guiarme. Atardece, y yo se que mañana podre ser el mas helado de los cadáveres, tener el mas gélido de los corazones y portar la mas fría de las almas. Pero no temas, joven; no has sido tan importante como para que muera por ti, ni has dejado tanto frió como para helar, por completo, mi corazón.

No se echa el telón en esta obra, ni los actores circulan de la mano sobre el escenario para saludar a un agradecido publico en el éxtasis de los aplausos.
Pero todo hay que decirlo: En esta cojonuda obra, a mi, me encanta el papel que tengo.


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